La idoneidad de un trabajador extranjero no es un concepto difuso. En la práctica migratoria colombiana, se convierte en uno de los filtros más exigentes para obtener una visa y garantizar el éxito del proceso migratorio. Aunque su definición no se encuentra de manera explícita en la Resolución 5477 de 2022, es una exigencia que se repite dentro de los requisitos de muchos tipos de visa, al solicitar que se demuestre “la formación y/o experiencia que sustente la idoneidad” del trabajador, ya sea mediante título universitario validado o certificaciones laborales específicas.
Entonces, ¿qué es la idoneidad y por qué es determinante?
En el contexto migratorio colombiano, la idoneidad es la capacidad demostrada de un extranjero para ejercer una ocupación u oficio específico en el país. No es un concepto abstracto, sino una condición verificable que debe sustentarse con documentos concretos: títulos académicos, certificados laborales, licencias profesionales (cuando aplique), hoja de vida o cualquier prueba que acredite formación y experiencia.
Desde la perspectiva del Ministerio de Relaciones Exteriores, este criterio cumple una doble función: por un lado, asegura que el extranjero posee las competencias necesarias para desarrollar las actividades autorizadas; por otro, respalda la decisión de otorgar la visa frente al interés nacional, especialmente cuando se trata de proteger el mercado laboral local.
En otras palabras, no basta con que una empresa esté interesada en contratar a un extranjero. Debe demostrar que esa persona es la más adecuada, la más preparada, o incluso la única disponible para desempeñar el cargo. Esa idoneidad debe reflejarse en la solicitud de visa con argumentos claros, coherentes y documentados.
Además, vale la pena recordar que la idoneidad no se limita únicamente a las credenciales académicas. En muchos casos -especialmente en sectores creativos, tecnológicos o de innovación- la experiencia comprobada, los logros alcanzados o el reconocimiento en el sector pueden tener tanto peso como un título profesional. Por eso, es clave incluir elementos que contextualicen el valor agregado del extranjero en el entorno colombiano. Las empresas deben ser capaces de argumentar por qué ese perfil es esencial, qué conocimiento aporta y cómo impactará positivamente en el sector o en la economía.
Por ello, es indispensable prever el ángulo más adecuado para demostrar la idoneidad en el proceso migratorio de un trabajador, ya que esta no debe analizarse como una formalidad, sino como uno de los pilares del proceso. Desde el principio, se debe estructurar una narrativa coherente en la que se expliquen las razones de la contratación, se evidencie que el perfil del trabajador se ajusta con las funciones del cargo y se respalden dichos argumentos con pruebas sólidas.
Entender la idoneidad como un estándar verificable, y no como una observación subjetiva, permite a las empresas estructurar solicitudes más sólidas y ajustadas a las expectativas de la autoridad migratoria. Una estrategia bien diseñada desde el inicio optimiza tiempos, recursos y la experiencia migratoria del trabajador extranjero.
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