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jueves, 25 de agosto de 2022

Los abogados al interior de las empresas podemos adquirir la temible reputación de ser aquel personaje que obstaculiza todos los negocios y que se dedica únicamente a encontrar problemas a todos los contratos e ideas en las que con tanto esfuerzo y dedicación han trabajado las demás áreas de la empresa. Por este motivo, no es extraño, que muchas veces el área legal se convierta ante los ojos de los demás en ese temible visto bueno obligatorio, sinónimo de dilaciones y complicaciones.

Es por lo anterior que muchas empresas han reestructurado sus áreas legales de manera tal que sus integrantes se conviertan en business partners (socios del negocio), y es también el motivo por el cual invito a mis colegas, especialmente a aquellos que trabajen in-house (como abogados internos de la compañía), a asumir su rol desde esta nueva perspectiva. El abogado como un business partner asume una posición que va más allá de la tradicional revisión legal de documentos o la emisión de conceptos legales, ya que realizará aportes importantes al negocio, acompañando la estructuración de nuevas ideas desde su inicio.

Es importante resaltar que, para convertirnos en socios del negocio, no es necesario sacrificar el nivel de rigurosidad en la revisión jurídica, pero sí implica, promover la simplificación de los procesos legales al interior de la compañía.

Los abogados solemos enfocarnos en los detalles y ser minuciosos, pero para ser un business partner efectivo debemos encontrar la manera de atender dichos detalles, sin complicar los procesos internos de la empresa, pues los negocios se mueven de manera ágil y constante.

Para lograr convertirse en un business partner efectivo, resulta vital adquirir un alto nivel de conocimiento acerca de cómo funciona el negocio, entender, por lo menos, cuáles son los objetivos que se quieren alcanzar y quiénes son los jugadores claves. A su vez, resultará fundamental el involucrarse manera activa con las distintas áreas de la empresa, para estar al tanto de los proyectos desde una etapa temprana, de manera tal que podamos dar aviso de manera oportuna acerca de los posibles riesgos legales que detectemos, y así realizar a tiempo los ajustes que resulten pertinentes.

Por otro lado, para desempeñar el rol de business partner, los abogados debemos desarrollar nuestra creatividad, para que cuando nos enfrentemos a situaciones que impliquen un riesgo, podamos proponer distintas maneras de afrontarlo o solucionarlo.

Por último, debemos aprender a distinguir entre los asuntos sustanciales y los meramente estilísticos, especialmente al momento de emitir nuestro concepto respecto de los documentos que son objeto de nuestra revisión. Es usual que los abogados seamos estrictos en la manera en que redactamos documentos, pero cuando nuestras objeciones seguramente causarán dilaciones en el cierre de un importante negocio, es fundamental diferenciar cuándo dicha objeción representa una mera preferencia personal, y cuándo representa un asunto material para proteger a nuestro cliente. Si realizamos dicha distinción, además de actuar como un business partner efectivo, evitaremos retrasos innecesarios para el negocio y haremos más amena la negociación con la contraparte.