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viernes, 6 de diciembre de 2019

Según el Ministerio de Minas y Energía, el sector de hidrocarburos mantuvo en los primeros siete meses del año un crecimiento sostenido en la producción del gas. De acuerdo con esta entidad, entre enero y julio de 2019, la producción comercial de gas alcanzó 1.041 mpcpd, 9,5% más que en el mismo periodo de 2018. Sin embargo y a pesar de la creciente actividad, Colombia pasó de tener 11,7 años de autosuficiencia en gas a 9,8 años. Es así como la vida útil de las reservas se redujo 1,9 años, una situación que abrió la puerta para que a partir de 2021 se piense en la importación de este combustible.

Lo anterior indudablemente nos lleva a pensar si el fracking es una pieza clave para que el país no se quede sin gas. El informe del sector gas natural 2019 preparado por Promigas, afirmó que si es necesario, pues el país tiene un potencial de hasta 24 terapies cúbicos en la producción de gas en zonas del Valle Medio del Magdalena, Cesar-Ranchería- y Catatumbo. El informe señala que, de abrirse un panorama positivo para la explotación de yacimientos no convencionales, el país podría contar con un potencial de reservas de entre 35 y 50 años adicionales. El informe también señaló otras alternativas, como la operación offshore en el Pacífico colombiano y la importación de gas. Así las cosas, el debate en este punto sigue abierto y podrá inclinarse dependiendo de los hallazgos en altamar o de un acuerdo comercial a largo plazo.

Dejando a un lado el debate frente al “de dónde” obtendremos el gas, hay que resaltar que la tendencia global es migrar hacia las energías más limpias y el gas natural hoy se convierte en una alternativa para transitar en ese proceso de transformación tecnológica que permitiría modificar la matriz energética.

Si bien el gas ya juega un papel importante en el tema de generación, podría ganar más relevancia en el desarrollo de otras tecnologías, con miras a reducir el uso de otros materiales que son menos limpios. Frente a este panorama, el gas representa una disminución cercana a 100% del material particulado fino si se compara con el carbón, lo que mejora la calidad del aire. Algo no menor en Colombia, si tenemos presente que Naturgas en el marco del Conversatorio “Gas Natural Nacional, una fortaleza en el crecimiento de energías limpias en Colombia”, destacó la importancia de que el país migre a la implementación de energías más limpias, pues la mala calidad del aire se ha convertido en una de las principales causas de muerte. Es así como esta transición en la generación energética estaría alineada con la estrategia nacional de calidad del aire del Gobierno.

Por último, solo queda la realidad nacional que no es otra que un país altamente dependiente de los energéticos fósiles, uno de ellos, el gas natural como “el menos malo” dentro de la canasta, pero que se enfrenta a un potencial desabastecimiento y si no se decide pronto la línea mediante la cual se dará continuidad en el servicio de comercialización de dicho energético, nos veremos abocados a una transición forzosamente rápida hacia las renovables, lo cual no iría tan en contra de la tendencia global, para lo cual no se debe descartar un análisis más profundo de escenarios estratégicos donde nos permita identificar cómo en 10 años, el país y su economía estarían sin o con el gas natural y tal vez empezar desde ya a tomar las medidas necesarias desde el consumo, para cuando el día de la transición llegue a su fin.