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lunes, 8 de junio de 2020

Si con la crisis sanitaria de covid-19 llueve, con la crisis económica no escampa y un verdadero liderazgo cooperativo global y local serían el más efectivo remedio.

A hoy, cerca 4,9 millones de los 7.600 millones de la población mundial, es decir, 0,06%, se han infectado. Los muertos ya son unos 330.000, 7% del contagio, y la vacuna se demora. Aunque un 43% se recuperan, la economía mundial sufre de proteccionismo y anarquía generalizados.

Hay desconfianza en la OMS, el petróleo zigzaguea; el desempleo en EE.UU es de 14%, más que en la Gran Depresión; la economía China se contrae luego de 40 años; hay más tensiones EE.UU - China; con una guerra comercial agravada entre éstos, que amerita reformas a o acabar con la OMC, cuyo Órgano de Apelación agoniza mientras algunos miembros, excepto EE.UU, intentan salvarlo con un Acuerdo de Arbitraje Provisional Multi - Partes.

La ONU y la OMC proyectan contracciones económicas globales de 3% y caída del Comercio de 13 y 32% en 2020, mientras Roberto Azevedo, Director General de la OMC, acaba de renunciar. Varios líderes mundiales le han pedido al FMI perdonarle deuda a unos 70 países en desarrollo e inyectarle unos trillones de dólares a la economía mundial.

Ahora mismo el orden jurídico internacional oscila entre anarquía y cooperación. Más que un ganador entre EE.UU y China, los expertos prevén divisiones y relevos en el poderío económico y militar. Pesimismo y populismos generan anarquía en el orden global.

Del lado de la cooperación. La buena fe y la confianza mutua resultarán esenciales. Los gobiernos tendrían que volver a creer en el sistema internacional. La OMS y la OMC son necesarias, lo mismo que el sistema ONU. Además de los alivios del FMI, y de los TLCs, los países tendrían que armonizar sus políticas económicas.

Aunque en abril Azevedo sugiriera que “…Mantener los mercados abiertos al comercio y a las inversiones internacionales ayudará a las economías a recuperarse con más rapidez…”, prima la anarquía. Bolsas desplomadas, fracasan mega transacciones mayores a US$10 billones en varios sectores y continentes. Como respuestas inmediatas los países adoptan medidas, muchas restrictivas, en los comercios de bienes y servicios. Tapabocas, antidumpings, salvaguardias e inversiones son ejemplos.

Mientras el FMI acaba de aprobarle a Colombia otro crédito, ahora de US$10.8 billones, resiliencia e ingenio, son claves para: “Reinventarse”. Colombia debe avanzar más. Junto con construcción y consumo local, manténgase abierto el comercio. Más divisas, materias primas e inversión ayudan a producir y consumir más.

El comercio electrónico, gran apuesta. Eso está demostrado. El comercio de servicios genera -quizás- más ingresos que el de mercancías. Tanto mejor combinarlo. Los servicios engrosan el PIB de muchos países Ocde. El trinomio Universidad-Estado-Empresa será primordial.

Añadámosle facilitación del comercio; digitalización; TLCs; incentivos tributarios; atracción de inversión y mejores zonas francas. Las ZFs potencian las cadenas globales y regionales de valor, reducen costos, aumentan ganancias: eficiencias. Los bancos de desarrollo, los comerciales, y los inversionistas serán vitales.