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sábado, 28 de noviembre de 2015

Cuenta la historia que Isabel se refería a un país muy rico por sus recursos naturales en el que vivían personas muy inteligentes y trabajadoras, pero con el tiempo, hizo carrera en este hermoso país la costumbre de mentir para sacar tajada de cada actividad que llevaban a cabo y la niña Isabel le contaba: Padre en este país hay pobres y hay ricos como en todos los países, pero aquí la pobreza crece mucho más rápido que la riqueza y surge la desigualdad de oportunidades para los más necesitados.

En este país los gobernantes logran llegar a sus posiciones mediante mentiras ofreciéndoles a los ciudadanos un ramillete de promesas que nunca cumplen.  En este país querido padre los políticos son dueños de muchas instituciones del estado y allí nombran y desnombran y disponen de los recursos como si fueran propios.  Así las cosas, a los pobres se les quita parte importante de los impuestos que se pagan, según dice la ley para hacer el justo equilibrio social.

En este país querido padre, los niños no gozan de la protección debida y son abusados y utilizados de manera despiadada por los mayores, quienes los ponen a robar, son abusados sexualmente y en sus colegios y escuelas son matoneados por muchos de sus compañeros, ahh y además, como si fuera poco, estos niños son víctimas de la violencia intrafamiliar que viven diariamente con las consecuencias que tú y yo ya sabemos.

Dice Isabelita que además de todo lo anterior, en este país los partidos políticos son los más mentirosos.  Hace poco hicieron unas elecciones y hoy están reclamando la victoria ganadores y perdedores, con cifras acomodaticias.

Se me olvidaba comentarte que las personas de la tercera edad, al igual que los niños no son tenidos en cuenta por la sociedad y por el contrario, después de haber servido al país son maltratados en los temas de salud, alimentación, medicamentos y medios de transporte, amén de los huecos en calles y andenes sobre los cuáles tienen que pasar, arriesgando su vida.

Para terminar, quería comentarte que estoy triste y decepcionada porque este país merece más de lo que recibe de quienes tienen el poder político y económico.  Las coimas se pasean campantemente por todos los sectores de la economía y muchas personas ganan más por concepto de ellas que por el sueldo por el que fueron contratados.  Que miope es no ver el mal que le causan a una población que aspira a ser mejor cada día y a vivir con decoro y orgullo.

Hablarte sobre estos temas sería interminable, se me queda para una próxima carta tratar el tema de la agricultura, de los campesinos, de las poblaciones menores y otros que son fundamentales en el desarrollo de un país como el nuestro.

Desde niños son sometidos a la mentira de sus padres, de sus tíos, de sus primos, de sus abuelos, de los políticos, de los gobernantes y en fin, en este país creo que casi todos mienten y construir sobre la mentira es como hacer un castillo de naipes.

Con todo cariño Isabelita.