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OPINIÓN

Tributaria 2.0: ¿ambición histórica de recaudo?

04 de julio de 2025

María Lucía Cardoso

Asociada en Serrano Martínez CMA
Canal de noticias de Asuntos Legales

El gobierno actual ha invocado la cláusula de escape de la regla fiscal como una medida que permite una desviación temporal de las metas fiscales cuando ocurren eventos extraordinarios o que comprometen la estabilidad macroeconómica del país. Adicionalmente, propone una reforma tributaria estructural con una meta de recaudo de 19 billones de pesos anuales, siendo esta una de las propuestas de recaudo más ambiciosas en la historia del país y, además, políticamente desafiante.

La última vez que se utilizó la cláusula de escape fue durante la pandemia de Covid-19, en los años 2020 y 2021, una situación de magnitud indiscutible. Ahora el Gobierno justifica su uso en la inflexibilidad del gasto y la limitada capacidad de generar ingresos suficientes en el corto plazo. Para abordar los desafíos fiscales, el Gobierno Nacional plantea una serie de medidas y, a modo de senda de retorno, propone una nueva reforma tributaria con una meta de recaudo de 19 billones de pesos anuales, la cual se presentará en la próxima legislatura del Congreso. A diferencia de lo ocurrido en ocasiones anteriores, el Gobierno nos ha dado múltiples pistas respecto de la forma que adoptará este proyecto de reforma tributaria.

Aunque el proyecto aún no se ha presentado, el Marco Fiscal de Mediano Plazo divulgado por el Ministerio de Hacienda estima que se contemplan medidas como modificaciones en materia de IVA, cambios en el impuesto sobre la renta y complementarios para personas naturales, ajustes en el Impuesto al Consumo, así como la incorporación de nuevos gravámenes dirigidos a sectores específicos como los juegos de azar, cigarrillos electrónicos, entre otros.

Igualmente, revisando el historial reciente en la materia, tenemos dos iniciativas anteriores presentadas por el mismo Gobierno. Por un lado, la Ley 2277 de 2022, aprobada al inicio del mandato, fue la primera, con una meta de recaudo de 20 billones de pesos anuales. Sin embargo, la no deducibilidad de las regalías pagadas por las empresas mineras y petroleras del impuesto de renta fue declarada inexequible por la Corte Constitucional, generando un hueco fiscal de aproximadamente 7 billones de pesos en el recaudo esperado.

En la misma línea, como precedente, está la Ley de Financiamiento (Proyecto de Ley 300 de 2024 en Cámara) que tenía una meta más modesta, aun cuando titánica, de 12 billones de pesos anuales. Este proyecto proponía modificaciones en las tarifas marginales para los tramos de ingresos más altos del impuesto sobre la renta para personas naturales, aumento de la tasa mínima de tributación, aumento de la tarifa del impuesto de ganancias ocasionales, reducción de la base sobre la cual se generaría el impuesto al patrimonio, eliminación del régimen simple de tributación, modificaciones en materia de IVA, entre otras. Este proyecto de ley fue rechazado de manera unánime por las comisiones económicas del Senado y la Cámara de Representantes, pero seguramente será "reencauchado" por el ejecutivo en este tercer intento.

El resultado legislativo de la segunda propuesta de reforma tributaria es un indicador de una resistencia legislativa incluso para reformas de menor envergadura. Una sola reforma tributaria que aspire a recaudar 19 billones de pesos en ingresos anuales permanentes no tiene precedentes en la historia moderna de Colombia. Históricamente, desde el año 2002, las reformas tributarias en Colombia han tenido una expectativa de recaudo de 3.3 a 15.3 billones de pesos anuales. La única cifra comparable a la nueva proyección de recaudo fue la meta inicial de 20 billones de pesos de la reforma de 2022, que, como se señaló, fue sustancialmente reducida por una decisión judicial y contra la que se presentaron más de 57 demandas de inconstitucionalidad.

Este contexto no solo evidencia la enorme escala del desafío fiscal que el Gobierno se ha planteado, sino que también arroja serias dudas sobre la seriedad de su propuesta de reforma tributaria. A partir de los borradores de las propuestas previas del actual Gobierno, no sorprenderá que vuelvan a tomar fuerza los mismos impuestos y ajustes que ya se habían propuesto en el fallido proyecto de ley, ahora incluidos en el nuevo proyecto que se presentará al Congreso. A la luz de esta situación, parece evidente que la reforma tributaria será solamente un "contentillo" para dar de qué hablar al país tributario, mientras el Gobierno echa mano de la nueva libertad de endeudamiento que le garantiza la flexibilización de la regla fiscal.

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