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martes, 14 de junio de 2022

El siglo XXI ha dividido el universo en dos: el físico y el digital. El universo digital, también conocido como el metaverso, es un espacio virtual a través del cual se pueden adquirir todo tipo de bienes digitales: desde terrenos, música, juegos y obras de arte. Todo en digital.

Hoy, un término muy escuchado en el mundo web es el de NFTs. Pero ¿Qué son? ¿Existen riesgos al adquirirlos? Sabemos que hace poco Ellon Musk, cambió su foto de perfil de Twitter por la popular imagen de un simio aburrido y trinó burlándose de lo fungibles que son los NFTs. Estas imágenes son de hecho NFTs (por su sigla en inglés Fichas Digitales No Fungibles).

Un NFT es un activo digital único que normalmente asociamos con obras de arte digital, aunque pueden ser música, juegos o experiencias en línea. Su autenticidad y singularidad provienen de una plataforma llamada cadena de bloques (blockchain), a través de la cual estos se compran y se venden. A su vez, la cadena de bloques actúa como “sello” que acredita que el NFT sólo pertenece a un comprador.

Ahora bien, el modo de adquirir estos tokens digitales únicos es a través de transacciones que se hacen en criptomonedas de alto valor monetario como el Ethereum, Binance Coin y Cardano, en una cadena de bloques (blockchain) o plataforma que contiene el NFT. Sin embargo, ¿qué tan seguro es hacer esta clase de operaciones?

A pesar de que invertir en NFTs como objetos coleccionables en el universo digital se ha puesto de moda, estas transacciones pueden no ser seguras por las siguientes razones:

Primero, la gran volatilidad del valor de criptomonedas. Dado que el precio de los NFTs se da en divisas digitales y su valor fluctúa de manera brusca, es una inversión de altísimo riesgo. Hoy un (1) ETH (Ethereum) tiene un valor que ronda los USD 1800. Mañana, su precio puede caer entre un 5 y 15 %.

Segundo, el método de almacenamiento de las NFTs se hace a través de un servidor o página web, denominado off-chain (fuera de la cadena). Ello, implica que para poder acceder a la obra se debe ingresar al servidor. Si este dejase de funcionar o existir, el valor pagado por el NFT sería como agua entre los dedos: básicamente nada.

Tercero, que la compra y venta de NFTs se hace a través de contratos inteligentes en la cadena de bloques (blockchain). Los contratos inteligentes son un tipo software inmodificable que ejecuta las obligaciones de forma automática. Además, se hace imposible pactar condiciones más favorables de aprovechamiento económico de la obra o garantías entre las partes, pues los contratos se suscriben y ejecutan entre personas anónimas.

Por último, ninguno de estos sitios se encuentra vigilado por autoridades nacionales o internacionales que permitan garantizar la seguridad de las transacciones y el comportamiento de compradores y vendedores de NFTs. Tampoco hay normas que protejan los derechos de los adquirentes o autores de estas obras digitales.

Aún queda camino por recorrer y en la medida en que surja reglamentación de estas transacciones, descubriremos qué protecciones y garantías son realmente viables para que la adquisición de NFTs pueda realizarse de forma más segura.