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miércoles, 14 de abril de 2021

En perspectiva del proyecto de reforma tributaria vale la pena identificar los aspectos que trataré a continuación y revisar las similitudes con otras legislaciones. En Colombia aun cuando existen impuestos a las bolsas plásticas, al CO2 y a los gases de efecto invernadero que surgen del uso de combustibles fósiles la recaudación de estos tributos no representa mayores ingresos para el país, y una modificación a estos impuestos verdes lograría un aumento en los ingresos fiscales.

De manera preliminar, el Gobierno ha dado a conocer aspectos importantes de la reforma tributaria denominada “Ley de Solidaridad Sostenible”, con la cual se espera recaudar $26,1 billones. En el panorama ambiental, la reforma incluiría tres nuevos impuestos verdes, uno relacionado a los plásticos de un solo uso que incluiría una tarifa del 2% por gramo, un segundo que se aplicaría a los vehículos de acuerdo a su grado de contaminación y un tercero que contemplaría una tarifa del 8% del impuesto del consumo a los plaguicidas no orgánicos. Incluso, el impuesto con el que actualmente se gravan las emisiones de dióxido de carbono derivadas del diesel, gasolina y gas natural, se les aplicará también a las emisiones de carbón. Esto significa que se tendrá un gravamen a las plantas térmicas que funcionan a base de electricidad que usan el carbón.

En su conjunto, estos nuevos impuestos ambientales recaudarían $2.9 billones, que se destinarían a la financiación de proyectos que estimulen el diseño de políticas orientadas al desarrollo sostenible y al cambio climático. En una reforma tributaria anterior, mediante el artículo 221 de la Ley 1819 de 2016, se estableció el impuesto nacional al carbono cuyo objetivo fue la reducción de emisión de gases en efecto invernadero; este impuesto gravó el uso de líquidos diesel, keroseno, jet fuel y gasolina con una tarifa de $135 para gasolina y $148 para keroseno y jet fuel. Así mismo, se creó el impuesto al uso de bolsas plásticas con el propósito de incentivar el reciclaje con una tarifa de 50 pesos por cada bolsa utilizada y ha recaudado alrededor de 10.460 millones de pesos y el impuesto al carbono ha recaudado 715.000 millones de pesos y ha estimulado inversiones ambientales para contrarrestar 12 millones de toneladas de CO2. En síntesis, Colombia ha iniciado el tránsito a una protección impositiva del medio ambiente.

En otras legislaciones los impuestos verdes han mostrado experiencias positivas en el recaudo y la protección ambiental, así en Irlanda, se estableció el programa denominado “Plas Tax”, aplicando una tasa impositiva del 20% sobre las compras a los usuarios de bolsas plásticas, disminuyendo un 90% de su consumo y en su primer año recaudó 9.6 millones de dólares USD. En Inglaterra, a partir del 2015, se estableció una tasa de cinco peniques destinado al uso de bolsas plásticas desechables y genero resultados favorables al reducir el uso de bolsas en un 83% y el consumo al año por habitante pasó de 140 a 25 bolsas. En América Latina, Chile fue el primer país, mediante la ley 21.100 de 2018 en su artículo 1, en proteger el medio ambiente mediante la prohibición de entrega de bolsas plásticas de comercio. Esta ley contempla multa por $300 dólares al vendedor que infrinja la norma.

Actualmente en Colombia estos tributos representan 0.61% del PIB y corresponden al 3.1% del recaudo total. Chile reflejaba cifras de 1.34% y 6.5%, Uruguay 1.85% del PIB y 6.3% del recaudo y Europa el 2.25% del PIB y 6% del respectivamente. Atentos a estas cifras proponemos que la reforma tributaria ambiental persiga estos propósitos, cambiando la conducta ambiental de los agentes contaminantes y generando un esquema progresivo y eficiente de recaudo.