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martes, 27 de febrero de 2024

La estructura legal es uno de los pilares sobre los cuales deberían construirse los emprendimientos en Colombia. Independientemente de cuál sea el objeto de las actividades del giro ordinario de los negocios de una empresa naciente - tecnología, consultoría, alimentos y bebidas, entretenimiento, entre otros -, es aconsejable que sus fundadores se acompañen de asesores legales para diseñar las compañías desde el punto de vista legal. Este componente no es solo importante en el tipo de vehículo mediante el cual se le de vida al emprendimiento, sino también en las diferentes áreas que se vean involucradas en sus operaciones.

Un gobierno corporativo armónico le proporciona a una compañía un conjunto de reglas que regulan las funciones, requisitos y toma de decisiones aplicables a los órganos de dirección y administración, tendientes a propender por la sostenibilidad y competitividad de la compañía. Simultáneamente, dentro de las normas de gobierno corporativo comúnmente se encuentran controles para minimizar riesgos estratégicos, legales, operacionales o reputacionales.

Si los fundadores prevén que la empresa reciba de sus beneficiarios o de terceros recursos dinerarios adicionales a los aportes iniciales, el representante legal y demás órganos competentes deberían tener claridad en el mecanismo a ser implementado. En ocasiones, esos recursos entran a la compañía como préstamo de sus dueños o de terceros, el cual es sugerible que sea documentado y que se acompañe de los títulos valores y/o garantías que correspondan. En otros casos, los recursos constituyen aportes de los fundadores iniciales o de terceros a la sociedad, lo que requiere una emisión de acciones, aumentos de capital, registros ante la Cámara de Comercio y en los libros de registro de accionistas, la expedición de títulos representativos de acciones, entre otras actuaciones societarias.

Si las actividades de la compañía se van a llevar a cabo en una oficina, bodega o local comercial, muy posiblemente será necesario revisar y negociar un contrato de arrendamiento o ejecutar una transacción en la que la empresa adquiera la propiedad del inmueble. Como ya lo hemos indicado, es recomendable que se realice una debida diligencia previa sobre los aspectos legales que puedan afectar al inmueble o que tengan relación con los antecedentes judiciales de las personas que han tenido vínculos con el bien.

El negocio debería tener acompañamiento en la forma como va a vincular a sus empleados y prestadores de bienes y servicios, conocer y cuidar sus diferencias y proyectar los costos económicos derivados de estas relaciones. En general, cualquier decisión relacionada con sus empleados y proveedores debería pasar por una revisión legal. Por otro lado, cualquier tipo de contrato que vaya a celebrar la compañía – con aliados, inversionistas, clientes, contratistas, entre otros – o transacción que se planee desarrollar se compone de una variedad de ingredientes legales que se sugiere sean considerados con anterioridad a su celebración.

Adicionalmente, diferentes aspectos se convierten en necesidades legales del día a día. Ese es el caso, por ejemplo, del diseño y registro de marcas, asuntos tributarios, cambiarios y contractuales, la protección de datos personales, los sistemas de control y prevención de riesgos y obligaciones regulatorias aplicables a diferentes sectores. En algún momento es posible que se requiera consultoría en insolvencia o litigios.

No cabe duda; grandes aliados del emprendedor son sus abogados.

*Natalia Muriel Beltrán, Socia de Prema, Alianza Legal