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miércoles, 1 de junio de 2022

En línea con el impresionante esfuerzo desplegado por el Ministerio de Minas y Energía (MME) para el cumplimiento de los compromisos del país en relación con la transición energética, el pasado mes de mayo esta cartera, junto con la Dirección General Marítima y Portuaria (DIMAR), publicaron para comentarios el proyecto de resolución por medio del cual se define el proceso competitivo para el otorgamiento de un permiso de ocupación temporal sobre áreas marítimas para el desarrollo de proyectos de generación de energía eólica costa fuera, con el ambicioso objetivo de realizar la primera ronda de asignación de áreas el primer trimestre de 2023.

Los proyectos constarán de tres fases: una fase de exploración, que es la etapa del permiso de ocupación temporal que será otorgado por la DIMAR hasta por 5 años, tiempo durante el cual se hará la medición y recolección de datos e información necesaria para establecer la viabilidad del proyecto y, de existir dicha viabilidad, se desarrollarán las actividades necesarias para la obtención de licencias y permisos para su construcción (respecto de los cuales aún no hay claridad).

La segunda fase es la de concesión, la cual también debe otorgar la DIMAR hasta por 30 años prorrogables por 15 más, cuando se construirá y operará el proyecto (esto conllevará también la necesidad de tener un cierre financiero que vale la pena evaluar en la propuesta de regulación de DIMAR). La tercera fase es la de desmantelamiento, la cual debe darse dos años antes del vencimiento de la concesión, y consiste en la ejecución de un plan que cumpla con los requerimientos de las autoridades ambientales (todavía no previstos) para que la terminación del proyecto genere el menor impacto ambiental posible.

Ahora bien: ¿Colombia está lista para una asignación de rondas en menos de 8 meses?

No solo se requiere un enorme esfuerzo regulatorio por parte del MME y la DIMAR, sino que creemos que también se requiere coordinar a estas entidades con la CREG, la ANI, la UPME y la ANLA, de tal manera que se logre una implementación orgánica de esta nueva Fuente No Convencional de Energía Renovable (FNCER).

La asignación de permisos para realizar desarrollos temporales en las áreas marítimas es sólo una parte de los retos que enfrentan los proyectos de energía eólica costa fuera.

Creemos que además de los permisos temporales, también se requiere (1) brindar seguridad jurídica a los desarrolladores e inversionistas, construyendo un modelo contractual para las concesiones marítimas, (2) revisar con la ANI la necesidad de expandir el plazo de las concesiones portuarias del país, que le permitan a los desarrolladores de los proyectos tener relaciones a largo plazo (al menos 30 años) con los operadores portuarios que van a ser esenciales para la operación logística, (3) definir si se va a priorizar o no la conexión de dichos proyectos al Sistema Interconectado Nacional (SIN), pues por tratase de proyectos que requieren al menos 5 años para su desarrollo (con los recursos que eso implica), no podría esperarse que soliciten conceptos de conexión al SIN sino hasta que su desarrollo arroje resultados positivos y, en cuyo caso, la asignación de capacidad de transporte debería priorizarse, con la difícil tarea que eso conlleva en materia de inversión en infraestructura y un tratamiento no discriminatorio para la conexión de otras tecnologías.

También hay que considerar (4) la bancabilidad de estos proyectos, que conlleva a la necesidad de revisar cuales podrían ser los ingresos que se puedan contratar a largo plazo y que permita viabilizar estos proyectos en el país, y (5) el monitoreo y manejo de los impactos ambientales y sociales en áreas donde la información con la que cuenta el Estado es incierta.

Si bien como firma apoyamos los esfuerzos adelantados por el MME, creemos que es muy importante coordinar un plan regulatorio que acote las dudas de aspectos tan importantes como los que aquí hemos mencionado antes de dar inicio a la asignación de áreas, para así generar confianza a los desarrolladores e inversionistas de estos proyectos y evitar tropiezos que pueden resultar costosos en el mediano y largo plazo.