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OPINIÓN

La cápsula del tiempo a punto de estallar

16 de septiembre de 2014

Paula Morales

Asociada senior de Gómez-Pinzón
Canal de noticias de Asuntos Legales

Durante el primer gobierno  Santos la bonanza petrolera demostró que era posible índices altísimos de crudo, el país vio como la producción de barriles incremento, mostrando la fortaleza del sector, llevando a reglamentar la forma como las regalías debían ser distribuidas tanto para los departamentos y municipios donde se extrae el petróleo, como para aquellos donde no. 

Fue tan importante este crecimiento que se tuvo expectativa por las empresas que llegaran al país para participar en las Rondas Colombia organizadas por la Agencia Nacional de Hidrocarburos para conceder áreas petroleras por todo el país, siempre sabiéndose hasta cuando Colombia tendría reservas. Por otro lado, el sector minero, en menor dimensión, fue creciendo con trastabilleos  por las restricciones ambientales y de transporte de los minerales, pero hoy se mantiene a flote y podría decirse que seguirá su curso, siempre y cuando se ofrezcan las condiciones necesaria a este sector. 

Como todo buen libro, las primeras páginas siempre muestran la vida perfecta, pero a medida que va pasando la mitad y llegando al final, se empieza a conocer que persona es el bueno y el malo, quien va a morir o quienes vivieran felices para siempre. Así en el sector petrolero “en lo que va corrido del presente año, las pérdidas económicas por los atentados terroristas ya suman $1 billón”, según declaraciones de la Asociación Colombiana de Petróleos. 

Adicionalmente se señaló que “según estimados por cuenta de los atentados terroristas se han dejado de producir 5 billones de barriles”, como si estas cifras no fueran suficientes según expertos el país ha perdido US$68 millones en materia de regalías. Hablando del sector que aporta al país mas de la mitad de los recursos “las exportaciones de crudo representan 68% del valor de todo lo que se produce en el país y se vende afuera, lo que es muy grave, pues cada día somos más los que dependemos de la producción de petróleo”. 

En cada gobierno las expectativas por que sea el mejor, son altas, se tiene la confianza suficiente para ver un nuevo panorama con grandes cambios, pero para ello debe partirse de las mejores decisiones, de análisis que demuestren confianza en que el cambio es necesario y ve a servir. 

A finales del 2011 y principios del 2012, las expectativas por la nueva reforma tributaria eran  sobredimensionadas, en relación con los impuestos que se estaban creando y los que se eliminaban, se decía que si bien a unos se les quitaba la carga económica a otros se les impondría, para con ello lograr consolidad el sector económico. Luego de un par de años de la puesta en marcha de la reforma, en el segundo periodo del Gobierno Santos se ha empezado a oír de la necesidad de una nueva reforma, el problema es que la misma no ha sonada con mucha fuerza, pero ya estamos viendo la necesidad de la misma, será que el gobierno esta esperando a que lleguemos a la zona de cuidados intensivos para tomar decisiones rápidas sin hacer un verdadero análisis, es decir que este contra la espada y la pared y deba decidir que hueco tapar primero antes de hacer un verdadero cambio que nos impulse a futuro. 

Es necesario crear un trabajo conjunto entre todos los gremios, no podemos simplemente quitarle a los ricos por ser ricos o a las empresas por ser las que tienen plata, es necesario analizas cuentos puntos del PIB se requieren y evaluar cada sector para saber hasta donde se le puede pedir. 

En cuento al sector de la minería si se continua atacando no va a quedar ni para cumplir con la obligación de cerrar las minas de manera amigable con el medio ambiente, como dio el investigados Sergio Clavijo, presidente de la Anif “se nos está viniendo la estantería minero energética a la baja, ya no vamos a exportar 1´200.000 barriles al día, sino que vamos probablemente para 900.000, y a la vuelta de dos años, para 750.000. En carbón ya no vamos a exportar 130 millones de toneladas, sino probablemente 85 por la revolución Shale gas - oil de los Estados Unidos”.  

Las pequeñas tormentas son presagio de una grande, pero la forma como se prevengan para que generen el menor daño posible siempre esta en las manos de aquellos que saben y conocen lo que esta por venir, es momento de tomar decisiones que pueden ayudar al futuro a que no nos ahoguemos, sabemos de donde tomar el dinero para buscar estabilizar el PIB y sabemos que sectores les estamos pidiendo de una forma desaforada para que produzcan sin tener en cuenta las consecuencia a futuro, esta en las manos del gobierno sentarse y análisis que hacer si seguir con pañitos de agua tibia o hacer de una ves por todas una reforma integral.

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