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lunes, 1 de febrero de 2021

Hace algunos días tuve la oportunidad de participar en un conversatorio de actualidad de la cámara de servicios legales de la ANDI, la cual giró entorno a la reforma laboral que necesita Colombia.

Muy acertada fueron las palabras de los expositores sobre un tema que se viene discutiendo frecuentemente y el cual necesita la atención, no solo del abogado laboralista, sino del empresario.

En otros espacios he tenido la oportunidad de hablar sobre este tema y he expuesto la necesidad de romper la clásica formalidad laboral que existe en Colombia para que el país pueda adaptarse a las tendencias del mundo globalizado. Nuestro derecho laboral no está adaptado a la realidad del país y mucho menos a las tendencias empresariales globalizadas. Este llamado de atención que se ha realizado en diferentes espacios tiene un gran objetivo de fondo y el cual es que el trabajador colombiano sea aún más eficiente y competitivo de cara al mundo globalizado.

Colombia es un país rico y diverso en cultura y así también se refleja en sus actividades productivas. Colombia tiene varias actividades principales económicas como lo es la industria petrolera, la minera, el turismo y la agricultura. Es precisamente esta diversidad de actividades la base para la reforma laboral que necesita el país. Es indispensable entender que las actividades que se realizan en una empres de tecnología en Bogotá son totalmente diferentes a las que se realizan en un hotel en San Andrés, en una mina en Antioquia o en una finca cafetera. Es precisamente ahí en donde se puede empezar a entender una de las grandes reformas que necesita el país.

No solamente podemos analizar las actividades económicas del país, debemos entender que cada empresario tiene una capacidad económica diferente. En el país tenemos micro, pequeñas, medianas y grandes empresas, pero el Código Sustantivo del Trabajo no hace distinción alguna a la hora de imponer las cargas laborales. Una de las grandes propuestas de la reforma laboral que necesita el país es imponer cargas y obligaciones diferenciales para las Mipymes que para las grandes empresas del país.
Lo anterior no significa que se deba desconocer los derechos laborales de los trabajadores. Tener una legislación garantista de los derechos de los trabajadores no es excluyente con que podamos tener unas normas laborales acordes con la realidad del país.

Pero la reforma no solo gira en cargas laborales diferenciadas dependiendo del tamaño y actividad de la empresa. La reforma laboral también necesita llegar a un derecho laboral más flexible y simplificado que el que hoy tenemos. El país necesita más flexibilidad a la hora de que el trabajador pueda prestar servicios de forma remota, simplificar las normas de aportes a seguridad social para que al empresario no tenga dudas sobre cómo realizar un aporte al sistema, contar con inspectores del trabajo y/o jueces entrenados para las situaciones de estabilidad laboral reforzada por temas de salud, que aun cuando hoy existen algunas bases, no es suficiente.

El mundo es cambiante, así son las actividades productivas y por ende así debe ser el derecho laboral del país en donde pueda irse adaptando rápidamente a las tendencias del mercado.