
viernes, 14 de marzo de 2014
Una medida importante en los deportes de resistencia es la capacidad aeróbica (conocida como el VO2max), que es la cantidad de oxígeno que el cuerpo puede consumir y que posteriormente se convierte en energía. Esto es importante para la capacidad de nuestro cuerpo cuando competimos en carreras de corta a larga distancia. Cuando el VO2max es mejorado, representa una ventaja competitiva.
Sin embargo, para mejorar dicha capacidad debemos hacer un sacrificio extra en cuanto al esfuerzo de cierta clase de entrenamientos; por esta razón es muy importante guiarse por un entrenador que nos indique -según el periodo de entrenamiento en que nos encontremos- cómo hacerlo y con qué clase de repeticiones.
Un buen trabajo será por ejemplo hacer 5 kilómetros a un paso cercano (más lento) al paso de nuestros mejores 10 kms; así se mejora mucho la eficiencia de carrera y se entrena la capacidad de llevar ritmos elevados sin acumular tanto ácido láctico. También funcionan las repeticiones a la misma velocidad, simulando nuestro paso real de competencia con recuperación total entre cada serie, por ejemplo, 10 series de 1 km. En un segundo ejemplo, un entrenamiento de 1 hora 30 minutos aumenta la eficiencia aeróbica, preparando el cuerpo a conservar más el glucógeno, y a asimilar mejor las grasas, resultando en una mejor resistencia. Otra opción es mantener -en la primera mitad del entrenamiento- un paso que con seguridad soportaremos por muchos kilómetros, y a partir de ahí, aumentar poco a poco el ritmo hasta lograr unos 20 a 25 segundos por kilometro más rápido que al principio. En un último ejemplo, una práctica más exigente son los famosos cambios de ritmo, alternando tramos suaves y rápidos; un recurso útil para ganar velocidad sin tener que recurrir a la pista.
Dichos entrenamientos deberían ser guiados de manera que el entrenador sea quien decida la distancia y el momento, con el objetivo de lograr ritmos pocas veces alcanzados.
Aunque no son las únicas maneras de mejorar el VO2max, es un hecho que todos podemos mejorar nuestra capacidad de oxigenación, siempre y cuando estemos dispuestos a realizar algunos cambios en los entrenamientos y afrontar aquellos sacrificios extra.