Louis Braille es universal

Por esto quise viajar a Coupvray Francia donde nació Louis Braille que sigue siendo una pequeña villa ubicada al este de París, distante unos 35 kilómetros de la capital francesa.

Ya estando en París, tomamos el ferrocarril suburbano en la estación del este de la ciudad y nos bajamos en Esbly, estación que se encuentra a dos kilómetros de Coupvray, hicimos este trayecto caminando  para disfrutar del aire limpio y del olor de los viñedos que caracterizan la zona.

Fue emocionante entrar a la casa donde nació Braille el 4 de enero de 1809, situada en la parte baja de la villa con techo a dos aguas, chimenea, jardín.  Una pequeña escalera de pocos escalones que conduce a la puerta de entrada, debajo la bodega y un poco más adelante el taller que era de su padre.

Recordemos que con Valentin Haüy y su Instituto se inició la educación formal de los ciegos, donde la solución que se encontró para su lectura fue reproducir las letras convencionales en alto relieve.

Posteriormente Charles Barbier de la Serre, capitán de artillería ya retirado, presentó en 1821 al Instituto la llamada “escritura nocturna”, con la idea de que fuera empleada por los alumnos ciegos.

Originalmente, esta lectura servía para que los oficiales en campaña pudiesen redactar mensajes encriptados en la oscuridad descifrándolos con los dedos, como lo hacen ahora los ciegos en el mundo.

Esta escritura presenta dos virtudes que más tarde serán tomadas y desarrolladas por el sistema de Louis Braille, la primera de ellas es el empleo del punto como elemento clave para la captación táctil, la otra es que no utiliza la letra convencional, sino que crea otras representaciones.

De esta manera, el sistema braille se inventó en 1834, formándose con puntos en relieve habiendo 64 combinaciones a partir de los seis puntos del signo generador.

Sin embargo, el braille en un principio no se aceptó, se argumentó que al ser distinto al sistema de las personas que ven, aislaría y segregaría a las personas ciegas.

Finalmente, el triunfo del sistema se debió a que el signo braille, compuesto por un máximo de seis puntos se adaptó perfectamente a la captación táctil, pues la yema del dedo lo aprehende en su totalidad y lo transmite como una imagen al cerebro.

Así fue como en febrero de 1844, en la sesión inaugural del nuevo edificio del Instituto, el subdirector Guadet reivindicó al sistema braille y rindió homenaje a su inventor, aceptando este sistema de escritura para los ciegos oficialmente.

También pude visitar el Instituto de Ciegos de París en el número 56 del Boulevard des Invalides, donde se encuentra un busto de Louis Braille, obra del escultor Jouffroy, inaugurado el 25 de mayo de 1853, volviéndose universal como la Declaración de los Derechos  del Hombre que también nació en Francia.

Braille murió el 6 de enero de 1852,  sus restos fueron trasladados a Coupvray, sin embargo, un siglo más tarde, el 21 de junio de 1952, fue trasladado al Panteón Nacional al lado de Napoleón. 

En el registro del Panteón se dice de Louis Braille: “La Nación lo ha reconocido como benefactor de la humanidad en el centenario de su muerte”.

Aquí en Coupvray, en una pequeña y modesta urna, quedaron para siempre sus manos como un símbolo al sistema de lectura táctil que él inventó y que muchos disfrutamos.