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sábado, 4 de septiembre de 2021

Panamá sufrió una de las peores contracciones económicas de la región durante 2020. Para revertir esto, Panamá cuenta con varias herramientas que propician la inversión, dentro de las que se destacan las siguientes: (i) visas de residencia permanente por inversiones, (ii) la ley conocida como EMMA, que incentiva el establecimiento de empresas manufactureras en Panamá, (iii) licencia para Sede de Empresas Multinacionales (“SEM”), e (iv) impuesto reducido de renta para empresas panameñas.

En 2020, el PIB panameño se contrajo un 17,9%. Esta debacle fue causada por la pandemia que en 2020 afectó sectores claves como el turismo (recreativo y de negocios), el transporte y la finca raíz, adicionalmente, el sector financiero (clave para la economía panameña), sufrió una fuga de capitales debido al reporte reciente por parte de Panamá a Colombia y a otros países, de los activos financieros de no residentes en ese país (ver “Intercambio Global de Información Fiscal” publicado en esta sección el 18 de julio de 2020).

Las siguiente son algunas de las medidas más emblemáticas con la que Panamá promueve la inversión (principal variable del PIB por su efecto multiplicador), con miras a retomar la senda del crecimiento:

1. Desde octubre de 2020 se otorgan visas de residencia permanente, para individuos que directa o indirectamente (a través de las personas jurídicas) efectúen las siguientes inversiones en Panamá con dineros provenientes del exterior:

(a) En ciertos portafolios a través de la Bolsa de valores de Panamá, por un mínimo de US$500.000 aproximadamente.

(b) En inversiones inmobiliarias por un mínimo de US$500.000 aproximadamente, aunque hasta octubre de 2022 se reduce a US$300.000 aproximadamente este umbral.

(c) Depósitos bancarios a plazo fijo (también CDT), de aproximadamente US$750.000.

Esta visa exige el pago de cerca de US$10.000 a favor de las autoridades panameñas, más otros montos por cada dependiente que obtenga la visa. Esta visa exige que la inversión se mantenga durante 5 años o más.

2. Sede de empresas multinacionales - “SEM”, introducido en 2007: permite establecer la sede administrativa en Panamá, para ejecutar desde allí las actividades de back-office y de dirección del grupo empresarial, sin pagar impuestos panameños.

3. Régimen EMMA creado en 2020, principalmente permite a los grupos empresariales realizar sus operaciones de logística (almacenaje y distribución) y de manufactura o maquila desde Panamá, con los siguientes beneficios, entre otros: acuerdo de estabilidad jurídica por 10 años, tarifa de renta de 5%, exención de impuestos sobre dividendos, y exención de impuestos sobre la importación de bienes de capital y materias primas. Además, se otorgan beneficios migratorios y laborales sustanciales.

4. Finalmente, el régimen general de tributación panameño grava a las sociedades a 25% solo sobre sus rentas netas de fuente local, no extranjeras.

Así, mientras Colombia castiga el consumo y la inversión con los impuestos más altos de la región (ver “La trampa de un Estado asistencialista” publicado en esta sección el 20 de agosto de 2021), nuestros vecinos adoptan la política opuesta. Al respecto, el mejor beneficio social es el crecimiento económico y la creación de empresas, que generan empleo, impuestos, valor agregado y desarrollo.