
lunes, 10 de marzo de 2014
Juan Manuel Santos, el líder de todas las encuestas y favorito para alcanzar la reelección, debe ver con preocupación el resultado que obtuvo el movimiento Centro Democrático, en especial porque ese caudal de votos no significó la caída del Partido Conservador. La colectividad azul, contradiciendo vaticinios, le sacó ventaja al Partido Liberal, uno de los que entregó el aval para la inscripción del hoy presidente.
Por eso han cobrado importancia las dos variables mencionadas. Uribe, casi como única cara conocida en su lista, superó los dos millones de votos y aseguró 20 curules en el Senado (con el 97,52% de mesas informadas), siendo la segunda fuerza en la cámara alta del legislativo, muy cerca del Partido de la U, principal apoyo electoral de Santos.
Sin embargo, aún no es claro que el exmandatario sea capaz de transferir sus votos a otros, en especial a la fórmula presidencial que conformaron Óscar Iván Zuluaga y Carlos Holmes Trujillo. Un ejemplo de ello es que en la Cámara de Representantes, donde Uribe no podía encabezar las listas, el Centro Democrático apenas logró la quinta votación nacional, sumando 12 curules (con el 97,2% de mesas contadas), muy lejos de los 39 puestos de los liberales o los 36 de La U y siendo superado, incluso, por Cambio Radical, la tercera colectividad que apoya el nombre de Santos para la reelección.
Así que el expresidente y hoy senador tendrá que hacer un esfuerzo mucho mayor en respaldar a su llave presidencial. No puede repetir actitudes como la que tuvo al no acompañar a los candidatos a su inscripción formal, sino debe apostarle más a apariciones como la de la noche de este domingo en Medellín, cuando los subió a la tarima y les permitió que le robaran algunos minutos de atención del auditorio.
Los azules, ¿el fiel de la balanza?
Una de las jugadas política que previsiblemente hará el uribismo será buscar una alianza con el Partido Conservador, quizá la colectividad que más ganó en las elecciones de ayer, al resultar intacto en sus resultados (18 senadores y 27 representantes) pese a la aparición del Centro Democrático en el extremo derecho del abanico político y a su controversial retiro de la Unidad Nacional en torno a Santos.
Sin jugársela por el uribismo, pero separándose de Santos, la maquinaria azul volvió a mostrar su efectividad. Eso le da una nueva luz a la candidata elegida en la convención, Marta Lucía Ramírez y convierte en definitiva la posibilidad de que ella siga sola su carrera a la presidencia o se decante por una alianza en cualquier sentido.
Sobre esta última posibilidad, desde que se conoció su intención de competir por la Casa de Nariño, se ha escuchado que podría llegar a una fórmula con el Centro Democrático. Pero la unión Ramírez – Zuluaga no luce factible, con apenas una semana para hacer cambios en las inscripciones, faltando la decisión del Consejo Nacional Electoral sobre la legitimidad de la Convención Conservadora y con votaciones parejas en las dos colectividades.
Lo que podría suceder es que esperen el resultado de la votación para presidente del 25 de mayo, de manera que quien escolte a Santos reciba el apoyo del que no acceda a una eventual segunda vuelta.
Por eso la meta del candidato a la reelección en las próximas semanas será evitar esa posibilidad, y hacer todo lo posible para obtener más de la mitad de los votos ese día y asegurar su continuidad en la sede presidencial en una sola votación.
Para ello forzosamente tendrá que buscar votos en las toldas conservadoras, porque (siguiendo los resultados de ayer) la Unidad Nacional que forman los partidos De la U, Liberal y Cambio Radical no llega al cincuenta por ciento de las preferencias de los votantes; porque no tendrá el apoyo ni del Polo Democrático ni de la Alianza Verde, con candidatos propios y nuevos congresistas claramente en la oposición, y porque le luciría muy mal ir públicamente por un apoyo de la muy cuestionada Opción Ciudadana.
¿Qué harán los líderes conservadores, los nuevos senadores y representantes, con sus votos y con la fuerza mostrada ayer? ¿Se unirán por el nombre de Marta Lucía Ramírez?, lo que no ha sucedido hasta ahora, o ¿se irán en mayoría a las toldas santistas? En esas respuestas puede estar la clave que decida la próxima votación presidencial.
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