Así afectaría el juicio de Uribe el panorama de elecciones presidenciales de 2026
La polarización y la incertidumbre de la política son dos de los aspectos que podrían verse más golpeados por el fallo condenatorio
30 de julio de 2025
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La decisión en primera instancia del juicio de Álvaro Uribe y el atentado contra el senador Miguel Uribe, dejan al país y a la política en un entorno permeado por la incertidumbre, a menos de un año para las próximas elecciones presidenciales.
La polarización está en su punto máximo y el tablero empezará a reconfigurarse tanto en lo político, como en lo económico. Basta con ver los más recientes resultados del Índice de Incertidumbre de la Política Económica, Ipec, de Fedesarrollo, que registró 280 puntos en junio de 2025, marcando un aumento de 56 puntos frente a mayo (224) y 4 puntos respecto a junio de 2024 (276).
Según los datos de la entidad, de este índice, 45,5% se concentró en política económica, social y geopolítica, una variable que podría repuntar en los próximos resultados correspondiente a junio. A siete meses de las elecciones presidenciales parece que hay dos opciones claras: la derecha puede repuntar en los votantes por el juicio del expresidente Uribe, o Cepeda se perfila como el candidato en la izquierda quien se quedaría con las banderas del presidente Petro en el Pacto Histórico.
El impacto mediático
El veredicto podría generar repercusiones mediáticas y políticas en múltiples dimensiones. El hecho en sí, a nivel estructural, y su cobertura masiva, podrían constituir un hito en la política nacional, dada la atención pública, los debates generados y el análisis detallado de la sentencia. Este fenómeno refleja cómo los procesos jurídicos y sociales se integran progresivamente en dinámicas de comunicación.
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“El impacto de cara a las narrativas de las próximas elecciones es que seguramente el panorama político se orientará hacia una mayor polarización y radicalización en la discusión, con estrategias de victimización y realineamiento de los sectores político en torno a la consideración de la decisión judicial como justa o injusta, lo que se suma para los sectores de derecha, al agrupamiento discursivo que venia consolidándose en solidaridad con la situación de Miguel Uribe”, dijo Juan David Cárdenas, director de la maestría en Comunicación Política, Universidad de La Sabana.
Paralelamente, partes de la izquierda enfatizarían en el simbolismo político del fallo, con diferencia en que algunos exigen extender decisiones judiciales a casos como los falsos positivos, y otros abogan por unidad institucional.
Según explicó Angie González, profesora de comunicación política de la Universidad Externado de Colombia, explicó que toda acción política genera efectos en la comunicación, y a su vez, la comunicación construye realidades políticas. “En contextos electorales, los símbolos adquieren especial relevancia para movilizar apoyos. El veredicto contra Álvaro Uribe funciona como uno de estos símbolos poderosos, pese a no ser definitivo al depender de una segunda instancia”.
LOS CONTRASTES
Angie GonzálezProfesora de comunicación política de la Universidad Externado
“Se debe esperar a ver las reacciones en el corto y mediano plazo de los líderes políticos involucrados. De allí se podrían desprender varios fenómenos”.
Juan CárdenasDirector de la maestría en Comunicación Política en UniSabana
“Cuando hablamos de elecciones, en comunicación política, los símbolos también importan mucho. En el caso del juicio de Uribe, es un símbolo más”.
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El fallo transmite mensajes opuestos según la ideología. Para sectores cercanos al Gobierno representa justicia independiente: la idea de que “por fin se juzgan crímenes históricos”. Para la derecha evidencia politización judicial: un fallo emitido bajo un Gobierno que “busca eliminar oposición y perpetuarse en el poder”. Esta dualidad convierte el hecho en bandera electoral para ambos bandos.
En el plano electoral, cada sector instrumentalizará el símbolo. La izquierda lo usará para argumentar por qué “no se debe votar por la derecha”, presentándolo como corrección de injusticias pasadas. La derecha lo convertirá en motivo para “fortalecer votos”, unificando bases contra lo que perciben como “persecución política del gobierno actual”.
El atentado contra Miguel Uribe Turbay sigue una lógica similar. La derecha lo interpreta como “falla de garantías a la oposición” y prueba de inseguridad gubernamental. La izquierda lo ve como manifestación de “mafias aliadas con opositores para desestabilizar al Gobierno”. Ambos eventos se analizan desde marcos ideológicos preexistentes.
Cepeda y su candidatura
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El senador Iván Cepeda, integrante del Pacto Histórico, aceptaría la candidatura no por ambición personal, sino si existiera “una convocatoria desde el inicio del proceso. No practico política de espectáculo ni trivial. Soy una persona supremamente seria”, dijo.
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