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  • José David Castilla

martes, 2 de abril de 2019

El expresidente de Corficolombiana podría afrontar hasta 11 años de prisión

El expresidente de Corficolombiana, José Elías Melo, fue condenado por los delitos de cohecho y celebración indebida de contratos en el caso Odebrecht. Según las investigaciones de la Fiscalía, Melo tuvo conocimiento de las jugadas de los directivos de la compañía brasileña para sobornar al exviceministro de Transporte, Gabriel Ignacio García.

Este es un duro golpe para uno de los abogados más prestigiosos del sector bancario y financiero de la historia reciente, pues con solo 33 años fue designado como Superintendente Bancario.

Melo fue estudiante del colegio San Bartolomé de La Merced, su rendimiento académico fue impecable, incluso se ganó la cruz de honor en tercero de bachillerato. Escogió la carrera de derecho como su opción profesional y su formación jesuita lo llevó a la Universidad Javeriana.

Al finalizar sus estudios se especializó en ciencias económicas. Con esta formación económica se adentró al mundo de los negocios, donde rápidamente fue fichado por los economistas más importantes del país.

En 1991 fue nombrado como secretario de la Junta Monetaria del Banco de la República, bajo la dirección de Francisco J. Ortega Acosta.

Tal fue el desempeño de Melo como secretario de la junta directiva que se robó la atención del ministro de hacienda Rudolf Hommes Rodríguez, quien lo designó como viceministro. Melo tenía 32 años y la prensa lo catalogó como una de las promesas del campo económico nacional.

El viceministerio tan solo le duró unos pocos meses. En agosto de 1991 fue designado por el presidente César Gaviria como director de la Superintendencia Bancaria. Durante su dirección tuvo el reto de implementar , el Decreto Ley 663 de 1993, o el estatuto orgánico del sistema financiero.

En 1994, Ernesto Samper decidió nombrarlo como timonel del Ministerio de Trabajo, donde se enfrentó a otra gran coyuntura de orden nacional: implementar la Ley 100 de 1993 con sus más de 50 decretos reglamentarios. Bajo su mando, tuvo que darle vida a las EPS y los fondos privados de pensión.

En 1999, Melo se adentró al sector financiero y fue nombrado como presidente del Megabanco; una entidad financiera encargada del microcrédito que se encontraba en pérdidas. Bajo su gestión de casi nueve años, logró sacar al banco adelante y lo convirtió en una de las entidades financieras más sólidas del sistema colombiano.

Tal fue el éxito de su gestión, que Megabanco fue adquirido por el Banco de Bogotá en 2007. El Grupo Aval se interesó tanto en el perfil de Melo que la junta directiva de Corficolombiana decidió nombrarlo como presidente en 2008, como reemplazo de Pedro Nel Ospina.

Ese fue un año determinante para la carrera de Melo. Según reveló la Fiscalía, mientras fue presidente de Corficolombiana, conoció sobre las reuniones para pactar los sobornos que fomentó la multinacional Odebrecht con el Ministerio de Transporte, para adquirir el contrato Ruta del Sol II.

Tan solo estuvo tres años al frente de Corficolombiana, en 2011 pasó a dirigir Gas Natural de Lima y Callao S.A. y Promigas. Hasta que, en 2017, la Fiscalía llegó hasta su oficina para informarle que había sido involucrado en el caso de corrupción más grande de los últimos años.

A Melo le quedan pocas cartas, el recurso de apelación y un recurso extraordinario de casación. Por ahora, está a la espera del 29 de abril, cuando el juez haga la audiencia de lectura del fallo condenatorio, donde se determinará la cuantía de la pena; podría afrontar hasta 11 años de prisión. Algunos han catalogado este evento como el declive de un prestigioso hombre de economía.

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