Héroes de corbata

En Colombia, uno de los países con más abogados por cada ciudadano extrañamente lo que vivimos permanentemente es una profunda desconfianza en la Ley y la Justicia.

Resulta poco coherente que un país donde son más los que conocen la Ley siga siendo normal escuchar frases tan desatinadas y desafortunadas como que “la ley es para los de ruana”. Los abogados sabemos que la ley no es un castigo y que por el contrario facilita y regula las relaciones sociales en todos sus aspectos. 

Una de las razones por las que este tipo de expresiones han hecho carrera en el imaginario colectivo es, precisamente, que el acceso a una defensa técnica de calidad está directamente relacionada con la capacidad de pago de quien la requiera: sólo quien pueda pagar los honorarios de un abogado puede tener una defensa de calidad. 

Nuestros colegas norteamericanos nos demostraron que además de ejercer su profesión como cualquier persona, y obtener un pago por ello, su respeto y mística profesionales los impulsó a hacer valer la Constitución amparándose en ley para garantizar los derechos de quienes estaban siendo deportados en violación de sus derechos. Prestaron gratuitamente su servicio y enaltecieron la profesión. Conmovedor.

Enorgullecerse de este tipo de manifestaciones masivas, que sí marcan la diferencia, debe llevarnos a la reflexión. ¿Qué estamos haciendo nosotros y con qué mística ejercemos nuestra profesión? ¿Es necesario hacer contención sólo ante situaciones tan críticas y evidentes? No creo, y es absurdo que en un país con tantos abogados haya tan poco acceso a la justicia y tan marcadas diferencias y desigualdades sociales como producto de la falta de asesoría y acompañamiento.

También podemos ser héroes, revolucionarios y defensores de la Constitución y la Ley, podemos con unas pocas horas, demostrar que la Ley no es una enemiga del ciudadano común y que está ahí para el beneficio de las personas que no tienen la suerte de conocerla. El trabajo Probono es una de las herramientas con las que contamos, nos lo mostraron nuestros colegas héroes de aeropuerto en Estados Unidos.

Los cambios no se hacen marchando masivamente y lanzando arengas y contando cuántos inconformes hay. Nosotros los abogados que somos quienes tenemos el conocimiento, podemos y debemos actuar desde nuestro ejercicio para hacer valer la ley y reducir el inconformismo, ese que nace de la vulneración a los derechos más esenciales y crea las brechas sociales más profundas. Desde el ejercicio del Derecho, podemos crear una sociedad más equitativa, menos desigual, más justa, esa es nuestra labor. 

Si cada uno de nosotros se convierte en el héroe de corbata que necesita una sola persona que no cuenta con recursos para pagar los honorarios de un abogado, haríamos toda la diferencia. La Ley y la justicia son para todos.