Información confidencial y secreto empresarial
En el 2006 fue noticia económica y financiera el intento de robo del secreto empresarial mejor guardado de la historia: La fórmula de la Coca-Cola. Tres espías intentaron venderlo a la empresa Pepsi, quien dio parte a Coca-Cola y al FBI. Gracias a esta acción del competidor de Coca-Cola, esta información no fue revelada y violada.
La acción de los tres espías no habría tenido mayor repercusión si la información representada por la fórmula de la Coca-Cola no hubiese tenido un valor económico, y lo más lógico para mantener dicha valía es que la empresa quiera mantener la confidencialidad a través del secreto empresarial.
A menudo las empresas y los entes estatales confunden el contenido y alcance del secreto empresarial, la información confidencial y el know how. Por secreto empresarial se entiende “cualquier información no divulgada que una persona natural o jurídica legítimamente posea”(artículo 260 de la Decisión 486 de la Comunidad Andina) y que a su vez se pueda usar en una actividad productiva en la industria o comercio. Por su parte, la ley colombiana define al know how como “(…) la experiencia secreta sobre la manera de hacer algo, acumulada en un arte o técnica y susceptible de cederse para ser aplicada en el mismo ramo, con eficiencia.” (Colombia. Decreto 2153 de 1975, Artículo 1). Ahora bien, la información privilegiada es la que sólo puede ser conocida por ciertas personas.
En cuanto al contenido de lo que se considera como información confidencial, ni la ley colombiana como tampoco los pronunciamientos de las autoridades establecen una lista específica. A manera ilustrativa puede considerarse la siguiente: know how, la información técnica, los datos de prueba y los listados de clientes complementarios, entre otros. En cuanto a los listados de clientes, es necesario decir que no todos pueden ser considerados como confidenciales, solamente aquellos que tengan un valor agregado y en los cuales se pueda demostrar una inversión de tiempo, dinero y trabajo en el sentido que estos tengan precios, pagos, promociones, hábitos de compra y toda aquella información determinante para gestionar un negocio a través de ellos.
Para poder proteger la información mediante un secreto empresarial, las empresas deben tener unos criterios y políticas claras con respecto a la clasificación de su información, con el fin de establecer qué puede mantenerse como secreto o simplemente como confidencial. La primera clave para saber si una información puede ser protegida como tal, será saber si le reporta ventajas económicas a la empresa y está podrá protegerse por secreto, siempre y cuando se cumplan las siguientes condiciones: que sea secreta, que se tomen las medidas necesarias para que permanezca como tal y que tenga un valor económico.
Es aconsejable que todas las empresas cuenten con una política de clasificación de la información y que dentro de la misma pueda detectarse si hay alguna que deba ser protegida por secreto empresarial. Puede clasificarse como estrictamente confidencial toda aquella información sensible cuyo uso no autorizado causaría graves perjuicios a la empresa; como confidencial, aquella información sensible cuyo uso no autorizado afectaría a los intereses económicos y comerciales de la empresa; de uso restringido, que será sensible y cuyo uso no autorizado podría afectar a los intereses técnico competitivos de la empresa y por último, la información general que no requiere de especiales medidas.
Hay que asegurarse que la administración esté en cabeza de personal de la compañía capacitado para identificar el grado de confidencialidad. Igualmente, deben existir unas políticas de manejo de la misma y un protocolo de medidas que ayuden a cuidar la confidencialidad de la información protegida. Del buen manejo de la información y la protección por secreto depende el mayor valor de los conocimientos de una empresa.
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