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Marcas

La batalla legal que ganó L’oréal por salvar su marca tradicional de tratamiento capilar

El Tribunal General de la Unión Europea le dio la razón a L’oréal, que conservó su marca K Water a pesar de las oposiciones presentadas

12 de noviembre de 2022

Expansión - Madrid


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L’Oréal acaba de lograr el apoyo del Tribunal General de la Unión Europea (Tgue) para salvar su marca K Water, un tratamiento capilar vendido por Kérastase (empresa de productos de lujo para el pelo propiedad del Grupo L’Oréal), de una demanda presentada por Arne-Patrik Heinze, que contaba con una marca anterior centrada exclusivamente en la letra K.

La marca figurativa de la empresa francesa fue solicitada en 2019, momento en el que Heinze presentó una oposición por riesgo de confusión. La división de oposición de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo, por sus siglas en inglés) rechazó la reclamación, explicando que no había posibilidad de que ambos signos se confundiera.

Sin embargo, la reclamante acudió a la cámara de recursos de la institución, que, en este caso, anuló la primera decisión y señaló en sus conclusiones que era probable que una parte importante del público pertinente de la UE pudiera pensar que dos productos con un etiquetado semejante podrían provenir de una misma empresa o de compañías unidas de manera económica.

La empresa francesa, no contenta con esta nueva decisión, presentó su caso ante el Tgue que, finalmente, le ha dado la razón.

Según explica el documento emitido por el tribunal europeo, la cámara de recursos se equivocó al hacer la comparación de los dos signos en liza. Aunque las marcas en conflicto se parecieran al contar las dos con una K mayúscula como parte primordial, se distinguían entre ellas por el grafismo y la estilización de esta misma letra, por un lado, y , por el otro, por la presencia de elementos verbales (water) presente en la marca demandada y sus colores. Por estas razones, el Tgue considera que la similitud visual es débil. En cuanto a la comparación fonética, resulta más evidente que el parecido es débil.

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