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  • Laura Lucía Becerra Elejalde

sábado, 15 de julio de 2017

La farmacéutica es la dueña de la marca mamityol

Bogotá_ La Dirección de Signos Distintivos de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) resolvió y negó un recurso de apelación interpuesto por el Laboratorio Franco Colombiano Lafrancol S.A.S.

El pleito marcario inició el año pasado cuando Lafrancol intentó que la entidad negara el registro de Mamidol, solicitada por la compañía Markatrade Inc., ya que la farmacéutica tiene un medicamento llamado Mamityol, el cual podría ser susceptible a confusiones.

El despacho analizó el posible caso de confundibilidad entre las marcas y comparó las similitudes y diferencias entre ellas. El centro del análisis fue la partícula en común de ambos signos, la expresión “mami”.

La SIC estableció que la referencia utilizada en ambas marcas corresponde a una palabra de uso común que, de acuerdo con la ley, son palabras marcarias débiles. Por ello, la distintividad de los signos se estudia en los elementos que son diferentes, y en este caso son las terminaciones. Dentro de la norma de la Comunidad Andina está establecido que las expresiones de uso común no pueden ser monopolizadas.

Finalmente la SIC decidió que, a pesar de que ambos signos identifican medicamentos que pertenecen a la clase 5 de la Clasificación Internacional de Niza, no presentan riesgo de confusión y las terminaciones ‘Dol’ y ‘Tyol’ son lo suficientemente fuertes como para que se establezcan diferencias entre los productos y puedan coexistir en el mercado.

El especialista en propiedad intelectual, Pablo Delgado Peña explicó que el Tribunal de Justicia de la Comunidad Andina ha sido reiterativo en que los estudios que comparan estas marcas particulares, que figuran dentro de esta clase de Niza, deben ser más rigurosos y estrictos, pues los productos identifican fármacos y podrían llegar a poner en peligro la salud y la vida humana.

Sin embargo, Delgado sostuvo que “en este caso concreto, no se evidencia riesgo de confusión o asociación, debido a que las partículas ‘Dol’ vs. ‘Tyol’ hacen que los signos en conflicto puedan coexistir, dotándolos de la suficiente fuerza distintiva que cada uno requiere para identificar claramente sus productos y origen empresarial en el mercado”.

Lafrancol intentó apelar a la decisión, pero la Dirección de Signos Distintivos ratificó su posición y otorgó la marca.

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