La política corporal de Timochenko
Por ello, haciendo un análisis corporal y conductual del proceso de la firma al cese de conflicto, pude encontrar aspectos interesante desde el lenguaje corporal y la conducta emocional invisible de Timochenko y el Presidente Santos.
Quiero resaltar que el contexto y el discurso es esencial a la hora de hacer un análisis corporal, dado que estos muestran la coherencia y veracidad de lo que se dice tanto en lo verbal como no-verbal.
Timochenko es un hombre que tiende a hacer bastante la expresión de desprecio. Esta expresión vista desde el lenguaje corporal es muy común verla en hombres como Donald Trump y Benito Mussolini.
La expresión se caracteriza por levantar una sola comisura de los labios, lo que tiende a confundirse con una sonrisa, pero es indiscutiblemente una clara seña de una conducta prepotente y de emociones fuertes como de arrogancia, enemistad y hasta desdén.
El discurso de Timochenko fue un discurso de justificación y honra política. Lo cual reforzó mi análisis cuando él expresó con orgullo y fervor, “claro que en las Farc haremos política...”, entretanto parte del salón le aplaude mientras Santos, sin responder a los aplausos, mira al líder guerrillero entre ojos. Signo de incomodidad y disgusto.
Algunos se preguntaran por qué este análisis corporal (no político) del lenguaje corporal de este suceso. Bueno, cabe destacar que el lenguaje corporal según los estudios del F.B.I, compete entre 60,66% y hasta 80% de nuestra comunicación diaria. Y este tipo de lenguaje silencioso es la manifestación del inconsciente que se refleja corporalmente hablando. Y el inconsciente es el responsable de más de 85% de nuestro comportamiento diario.
Cabe acotar que en el discurso de Timochenko, su cuerpo se enaltecía con mucha seguridad; su tono de voz se escuchaba con más vigor; como sus gestos y ojos brillaban con mayor pasión cuando resaltaba su ideología y visión política en los próximos años. Pero su discurso careció totalmente de palabras más humanas, “...la guerra ha causado cientos de miles de millones de dólares a nuestro país” mencionó, en vez de hacer énfasis verbal y no-verbal ante su supuesta sensibilidad por las millones de víctimas que ha dejado este conflicto en los últimos 60 años. Su discurso no tuvo verbos que pudieron servir como anestesia y consuelo, para los corazones de millones de colombianos y extranjeros que fueron alguna vez víctimas de este conflicto.
Por ello, como experto en ciencia del comportamiento y de lenguaje corporal, es mi deber ser imparcial y honesto al decir que su discurso sí muestra coherencia verbal y no-verbal con relación a su anhelo político y un cese de fuego bilateral. Aunque posiblemente sea por un miedo profundo a una extradición o a la continuidad de la guerra.
Cabe decir que la paz se trata de un acercamiento, no solo de distintos ideales y posturas filosóficas, sino también de una cercanía física. Sin embargo esta foto de Santos y Timochenko muestra una verdad que todos ven pero pocos observan.
En primera instancia, existe muy poco contacto visual por parte de Santos, mostrando cierta indiferencia ante Timochenko.
Y este saludo de paz, por el cual se esperó alrededor de 60 años, se muestra con una falsa sonrisa para no revelar la verdadera emoción de incomodidad por parte de Santos. ¿Quizás Santos muestra desagrado en su expresión? Posiblemente una incomodidad justa y necesaria.
No leo mentes, leo cuerpos, y el cuerpo de Santos refleja una profunda indiferencia que se refuerza al mantener una proxémica (distancia) bastante alejada de Timochenko, connotando la poca cercanía que quiere el mandatario tener con su nuevo “amigo” el desmovilizado.
Sólo a través de la paz interior es que se puede conseguir una paz exterior. Es nuestra responsabilidad individual para crear una atmósfera pacífica en nuestros corazones, entonces sólo así se podrá generar las condiciones necesarias en los corazones de quienes nos rodean.
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