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  • José González Bell

viernes, 18 de octubre de 2019

Ley 550 no solo ha sido de saneamiento fiscal, sino que le ha permitido al Municipio adelantar proyectos de infraestructura.

En 2017, Quibdó decidió acogerse a la Ley de Quiebra debido a que había un problema estructural con acreencias impagables, por más de $62.000 millones, una cifra elevada si se tiene en cuenta el tamaño de la capital del Chocó. La decisión fue tomada por el exalcalde Isaías Chalá, pues las finanzas del municipio se mantenían más en los juzgados que en las obras importantes que había y que hay que hacer en ese territorio.

Esto llevo a que la Alcaldía hiciera acuerdos de pago con los acreedores y comprometer los recursos que recibe de la Nación y de la sobretasa a la gasolina en el 50% para esas deudas. Sin embargo, en palabras del secretario de Hacienda del municipio, Fidel Lemus, “es lo mejor que le ha pasado a Quibdó “porque tenemos planificación, tenemos metas financieras y administrativas claras, crecemos en ingresos propios, aumentamos los proyectos de inversión prioritarios y somos juiciosos en el gasto”.

William Naranjo, gerente de la sociedad de economía mixta Arquímedes que desarrolla entre otros el proyecto del puerto de Tribugá en Chocó, dice que el cumplimiento de la Ley 550 no solo ha sido de saneamiento fiscal, sino que le ha permitido al Municipio adelantar proyectos de infraestructura.

Según datos oficiales de la Alcaldía de Quibdó, tras someterse a la Ley 550, otras obras significativas son la pavimentación de calles que fueron barrizales por décadas, la primera fase del Malecón sobre el enorme río Atrato, red de cámaras de seguridad, la cobertura de acueducto pasó del 24% al 98%, y en alcantarillado del 15% al 51,17%

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