• Natalia Gaviria González ngaviria@larepublica.com.co

viernes, 16 de diciembre de 2022

Todo parece indicar que el proyecto será un hecho en 2023, sin embargo, requiere someterse a uno que otro ajuste para su aprobación

Con 105 votos a favor, sigue en pie el proyecto de reforma política impulsado por el Gobierno del presidente Gustavo Petro con el que busca acabar con el clientelismo, la corrupción y algunas reglas de juego que han predominado en la política durante los últimos años.

Aunque su propuesta no ha sido del todo aceptada y todavía le restan cuatro debates para materializarse, también requieren ser más convincentes para quedar con el visto bueno de los analistas. Asuntos Legales contactó a varios expertos para conocer su interpretación sobre lo que se está ‘cocinando’ para el sistema político del país.

Todo parece indicar que el proyecto será un hecho en 2023, sin embargo, requiere someterse a uno que otro ajuste para lo que algunos llaman “un cambio de fondo”. Por ejemplo, David Llinás, docente de teoría constitucional en la Universidad Nacional de Colombia, destacó que la nueva reforma permitirá acomodar el sistema constitucional colombiano con lo dictaminado por la Corte Interamericana de Ddhh sobre los derechos políticos de personas elegidas popularmente, para que sea un juez penal quien ordene la suspensión y no la Procuraduría como ya sucede.

El consultor privado, Francisco José Pérez, también dijo que es un aspecto fundamental que fortalecerá la democracia del voto popular. No obstante, a su juicio, lo que resultará más saludable para las prácticas políticas del país será la total financiación de las campañas políticas por parte del Estado. “Esto le pondrá límites a la intromisión de intereses particulares de cualquier tipo para elegir candidatos propios”, agregó.
Si bien, el profesor de la Universidad Externado Carlos Arias, también tildó de “necesarios” los elementos de una reforma, reparó que las listas cerradas y la puerta giratoria son peligrosas pero pasarán, al igual que el transfuguismo.

“Claramente se está beneficiando al Gobierno y se está legislando a causa propia. Es una reforma amañada que le ayuda al partido de Gobierno y al de Roy Barreras para consolidarse en las elecciones de 2023”, apuntó.
Juan Francisco Navarrete, socio director de Navarrete Consultores, coincidió con esta perspectiva e indicó que es factible que la reforma se apruebe, sino es del todo, sí con la mayoría de iniciativas. Pues, “el esquema político del país ha mostrado que el Congreso está respaldando al Gobierno Nacional”.

Arias dijo que a su forma de ver, este proyecto rompe con el espíritu de la Constitución del 91 que si bien requiere algunas transformaciones puesto que la sociedad ha cambiado, mantiene la separación de poderes.
“Una verdadera reforma, debe estar asociada al Código Electoral para así, tener la posibilidad de que los órganos de control no sean elegidos por el presidente o el Congreso, porque eso solo lleva a entidades serviles a la rama legislativa o la ejecutiva”, según convenga.

La docente e investigadora de la Universidad Javeriana Patricia Muñoz Yi, concluyó que las propuestas de la reforma ni siquiera solucionan el problema central del sistema político colombiano que parten de la estructura, organización, la capacidad de control y el acompañamiento a las fuerzas políticas.

Antecedentes

Dentro de lo más reciente que se aprobó el pasado martes en la Cámara, se incluyeron las listas cerradas y paritarias, la financiación estatal y la facultad para que los congresistas puedan ser ministros. Este último fue uno de los puntos más álgidos durante la plenaria al argumentar que es una figura que va en contra de la división de poderes. Aún así tuvo el espaldarazo de 108 representantes frente a 50 que se opusieron. Uno de quienes intentó derogar este artículo fue el representante liberal Juan Carlos Losada.