El presidente de la Dimayor presentó renuncia la semana pasada; en estos momentos empieza la lucha por reemplazarlo. El torneo empezó mal y el año pasado tuvo toda clase de problemas de organización, jurídicos y administrativos. Quien ocupe la silla de la presidencia deberá ocuparse arreglar los entuertos recibidos y mejorar varios aspectos del fútbol profesional asuntos.
El principal problema y que no veo situación similar en otros lugares es la permanente reunión de la asamblea general para decidir sobre asuntos que no requieren tal escenario. Calendarios, reglamentos y muchos otros asuntos deben ser resueltos directamente por el presidente; de esta forma solucionar cualquier asunto se convierte en una reunión imposible de manejar que decide de la manera menos adecuada cualquier asunto.
El presidente de Dimayor debe trabajar para el beneficio del fútbol profesional sin importar los intereses particulares de alguna organización. Esto en una asamblea general es imposible.
Lo primero que hay que hacer es solucionar el tema de los derechos de televisión, el fútbol profesional colombiano tiene un régimen de repartición que no incentiva la búsqueda de la calidad de muchos de los equipos y que para otros representa sumas de dinero irrisorias. Es importante remunerar a los mejores equipos de manera adecuada, aquellos que ganan torneos, que llevan seguidores a los estadios y que prenden televisores.
Es importante definir un campeonato de tercera división con ascenso que mejoraría el nivel de la “primera B”; la mayoría de los equipos de esta división no tienen el más mínimo incentivo para mejorar e intentar llegar a la primera A. Con lo que reciben por derechos de tv pueden sobrevivir y así queden de últimos nunca descenderán y por lo tanto no perderán dinero.
Varios reglamentos no están adecuados a lo indicado por FIFA y a las necesidades específicas del fútbol profesional colombiano. Ya lo vimos el semestre pasado como el código de disciplina no se ajustaba a las necesidades actuales y los retos que el auge de las barras bravas está imponiendo.
Se debe elaborar un calendario coherente que permita saber de antemano donde y cuando debe jugar cada equipo y adecuarlo a la participación de los equipos colombianos en torneos internacionales, no puede ser que obtener un cupo para un campeonato de Conmebol sea un castigo desde el punto de vista deportivo. Se deben definir alternativas para los permanentes problemas que surgen: marchas, conciertos, estadios cerrados y cualquiera otra eventualidad debe ser analizada y se debería tener alternativas adecuadas y lógicas que no sean simplemente aplazamientos absurdos. Es también fundamental hacer un calendario similar para el fútbol femenino que responda a las necesidades de desarrollo de esta actividad. Finalmente, el campeonato debería premiar al mejor equipo y no al que durante tres o cuatro fechas finales tenga los mejores resultados.
Es necesario cuidar el espectáculo, la seguridad y comodidad en los estadios debería ser una política permanente, los estadios son incómodos y cada vez, debido a la proliferación de las barras bravas, son más inseguros. Se debe involucrar a loas equipos, las autoridades y por supuesto a DIMAYOR para combatir a los violentos del fútbol.
Hay mucho por corregir, el fútbol colombiano, la calidad de equipos y deportistas no está en duda, organizar para mejorar en todos los aspectos una tarea que hasta el momento está pendiente. FIFA incentiva a que todos los interesados (stakeholderrs) participen en este propósito, ojalá ocurra esto en Dimayor.
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