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lunes, 31 de mayo de 2021

Hay infinidad de temas jurídicos sobre los que se puede escribir; una nueva ley, una situación puntual que requiere de la solución de un experto, el análisis de normas o de proyectos que pueden cambiar, todas situaciones prácticas con soluciones sugeridas que quien escribe. En el ámbito deportivo, dopaje, problemas en transferencias de jugadores de fútbol, algunos inconvenientes con el COVID. Existen sin embargo en el arte, la literatura, la ópera, innumerables pasajes donde el derecho aparece de una forma bellísima.

Mi primer encuentro con algo así fue en El Quijote, donde, en la Sierra Morena, el famoso hidalgo se dedicó durante algún tiempo a hacer toda clase de monerías para su amadísima Dulcinea. El Quijote le entrega un título valor con todas sus características a Sancho. Dice “Mandará vuestra merced, por esta primera de pollinos, señora sobrina, dar a Sancho Panza, mi escudero, tres de los cinco que dejé en casa y están a cargo de vuestra merced. Los cuales tres pollinos se los mandó librar y pagar por otros tantos aquí recibidos de contado; que con ésta y con su carta de pago serán bien dados. Fecha en las entrañas de Sierra Morena, a veinte y dos de agosto este presente año”. ¡Una letra de cambio! Todas las características que nos enseñaron en la clase de títulos valores están en ese bonito pasaje, orden incondicional de pagar una suma de dinero a nombre de determinada persona pagadera a la orden o al portador.

Tal vez la única gran diferencia con la letra de cambio actual es la entrega de tres pollinos. En nuestro ordenamiento actual, solo se pueden hacer títulos valores con dinero mientras que este documento se entregarán tres burros.

Me gusta mucho el tema, la letra de cambio es un título valor en extinción. Si el cheque es cada vez menos utilizado la letra es prácticamente inexistente. Tengo que confesar que llevo algo más de treinta años ejerciendo el derecho y hasta ahora no he visto una sola letra de cambio funcionar “en la realidad”. Algunos agentes de jugadores y unos pocos clubes utilizan el pagaré para respaldar alguna obligación, pero ni en el sector financiero ni en el fútbol, lugares donde me he desempañado como abogado he visto una sola letra de cambio. Ignoro también que es el protesto.

No es fácil, en este mundo moderno imaginarse la utilidad de esta figura le proporcionó a los comerciantes italianos por allá en el siglo XII. Ahora, con un clic o una orden en un celular los pagos se hacen con total seguridad. Pero imaginemos el recorrido de dos comerciantes entre ferias en las ciudades italianas expuestos a toda clase de peligros. Una simple carta, con algunas formalidades les permitía tener dinero en el lugar que llegaban. O como el caso de Sancho y el Quijote en el que el caballero quiere remunerar a su escudero y para esto utiliza un documento inventado siglos antes en Italia.

Seguramente, Miguel de Cervantes, que fue recaudador de impuestos y que pasó algunas tardes encarcelado por problemas con este oficio, tenía perfecto conocimiento de este instrumento de comercio y lo utiliza con lujo de detalles en una de las aventuras mas alrevesadas de Don Quijote.

La seguridad, la tecnología, el desarrollo de otros medios de pago, más rápidos y eficientes remplazan cada vez más estos títulos valores. Muchas figuras jurídicas creadas hace siglos desaparecen. Lo que no va a perder vigencia ni con nuevas tecnologías ni con otras formas de entretención son novelas de la calidad de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.