Agregue a sus temas de interés

Agregue a sus temas de interés Cerrar

lunes, 17 de junio de 2019

Con bombos y platillos se celebró la semana pasada la creación del nuevo Ministerio del Deporte; no conozco a fondo la reglamentación y solo he oído que lo piensan mover para Cali. El deporte colombiano ha mejorado de manera importante en los últimos 10 años; para los Juegos Olímpicos de Atenas en el 2004 apenas se lograron dos medallas de bronce, para los pasados de Río de Janeiro se multiplicó por cuatro; con tres medallas de oro.

Colombia ha desplazado competidores importantes como Argentina o México que durante mucho tiempo lograron triunfos importantes y muchas medallas de oro para acabar con desempeños mucho más discretos que los nuestros.

Es evidente que todo pasa por la organización, el talento está, no solo es fútbol o ciclismo, hay buenos gimnastas, levantadores de pesas, atletas y deportistas hombres y sobre todo mujeres capaces de competir con prácticamente cualquiera en cualquier disciplina.

El tema del deporte de alto rendimiento pasa, repito, por la organización, la posibilidad que se le da a los atletas de desarrollar sus habilidades sin tener que preocuparse por el día a día y el apoyo que las federaciones y ligas ofrecen a estos.

Siempre se ha indicado que los dirigentes son empíricos y que pocos conocen los reglamentos, que priman sus intereses sobre los de los atletas y que en general hacen poco por desarrollar sus disciplinas, si bien no es una afirmación absoluta sí es evidente que a la dirigencia colombiana le falta conocimiento; es por esto que Coldeportes adoptó el Plan Nacional de Capacitación en Administración Deportiva como requisito para ser miembro de dirección y administración de organismos deportivos, personal técnico y de juzgamiento.

Mediante esta norma se ordena capacitar a los dirigentes deportivos, técnicos y personal de juzgamiento para que en un futuro próximo no puedan ocupar determinados cargos quienes no acrediten conocimientos básicos sobre gestión deportiva.

La resolución ofrece un programa con requisitos mínimos que pueden ser ampliados y deberían serlo, en la medida que se presentan solamente contenidos jurídicos exigidos. Es importante que los dirigentes deportivos conozcan no solo la constitución, la ley y la reglamentación jurídica del deporte en Colombia sino todo el desarrollo de cada una de las disciplinas de manera específica.

Lo más importante, y a veces se huye de este propósito, es alejar el deporte de los vaivenes políticos; es triste ver como una dirigente cambia las identificaciones en plenos juegos olímpicos para entregársela a su líder político y de paso ser la vergüenza internacional. Para mucha gente, el deporte no es más que una actividad de poca monta que no amerita ni conocimiento ni estudio, como la clase de educación física del colegio. Esta afirmación es cada vez menos ajustada a la realidad; por una parte, el envejecimiento y sobrepeso de la población mundial exige políticas destinadas a la implementación de actividades deportivas a todo nivel; por otra parte, la cultura del ocio hace que los espectáculos deportivos y los negocios que estos mueven sean más atractivos para otros sectores aparentemente más serios y con recursos.

Ojalá la dirigencia se prepare y el nuevo Ministerio del Deporte sea un motor de desarrollo de esta actividad y no un fortín político. Los triunfos y el desarrollo a todo nivel, desde los parques a los grandes estadios pasa por la planificación y el conocimiento y menos por el negociado.