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lunes, 23 de agosto de 2021

Parece que terminó todo el tema Nacional-Cortuluá y al final, luego de alguna negociación, el equipo de Medellín pagó una suma importante de dinero al Cortuluá que había ganado demanda y apelación ante las entidades deportivas colombianas. El desarrollo en Suiza en el Tribunal Arbitral del Deporte y las altas cortes suizas fue accidentado y complejo. Los apoderados de Nacional se quejaron de la manera de exigir el pago por parte de la Federación Colombiana de Fútbol en el entendido que no es la forma manejada en nuestra justicia ordinaria y les parecía poco adecuado la medida de no poder inscribir nuevos jugadores hasta tanto o se pagara la suma fallada o que el Cortuluá expidiera un paz y salvo.

Es evidente que la justicia deportiva maneja un procedimiento exótico que funciona de manera adecuada tanto a nivel nacional en la Federación e internacional en FIFA. Estos procedimientos han funcionado en FIFA desde hace más de veinte años y en Colombia poco menos, pero creería que hace más de diez años. Igualmente es claro el rol del Tribunal Arbitral del Deporte y la forma de acudir a éste, al menos desde las decisiones de FIFA. Lo que no es muy claro es la forma de acudir al TAS desde la federación colombiana de fútbol o la Dimayor.

El propio Tribunal Arbitral del Deporte y el alto tribunal suizo, indicaron que la reglamentación colombiana frente a la resolución de conflictos es bastante pobre y oscura. El diseño interno de la Federación Colombiana de Fútbol, dividido entre división profesional y división aficionada de fútbol, cada una actuando de manera bastante aislada y en el caso de la DIMAYOR que tiene comisiones jurisdiccionales no permite tener claridad sobre la forma de articularse con los organismos internacionales, más específicamente con el Tribunal Arbitral del Deporte.

En Colombia hay Comisión del Estatuto del Jugador en DIMAYOR y en la Federación, una Cámara de Resolución de Disputas y una Comisión Disciplinaria con jurisdicciones que se cruzan. Estas comisiones funcionan lentamente con un procedimiento que cada vez se hace más complejo y su funcionamiento es engorroso. Los magistrados, ad honorem, con altos cargos en el estado colombiano tienen poco tiempo para fijarse en los procesos que se demoran entre 5 y 6 meses para realizar un sencillo trámite como correr traslado de una demanda.

En FIFA, entidad que maneja muchos más procesos que en Colombia se falla una demanda en menos de tres meses y acudiendo al TAS, en menos de un año todo el asunto queda concluido.

No sé qué tan adecuado sea tener dos entidades que resuelven exactamente los mismos conflictos en la Federación. Las comisiones del estatuto del jugador tanto en Dimayor y en Federación conocen de conflictos similares. La de la federación conoce en apelación de la de la DIMAYOR, por lo tanto, tal como pasó en el caso Nacional-Cortuluá limita la posibilidad de acudir al Tribunal Arbitral del Deporte.

Es el momento de modificar la reglamentación de la Federación Colombiana de Fútbol, los estatutos y reglamentos son una colcha de retazos, con modificaciones puntuales en algunos asuntos que no se articulan bien. Inclusive en contrario a lo que la propia FIFA indica en sus reglamentos y circulares. Parte de la crisis por la que atraviesa el fútbol colombiano es de credibilidad. La forma de resolver los conflictos no es clara ni en los procesos, ni en las decisiones; es el momento de realizar un cambio que evite sainetes como el ocurrido.