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lunes, 28 de marzo de 2022

No cabe duda de que los deportistas, sobre todo cuando son exitosos, son una excelente vitrina para los políticos, gobernantes y politiqueros que quieren ganar votantes gracias al cariño y admiración que se siente por un ciclista, una atleta o cualquiera otro. Todavía me acuerdo como si fuera ayer a Virgilio Barco por allá por 1987 en un momento bastante difícil con el narcotráfico con la camiseta amarilla del campeón de la Vuelta a España de Lucho gritando como un energúmeno desde un balcón. También hemos visto muchas recepciones en el Palacio de Nariño a los atletas ganadores de medallas olímpicas o algún torneo importante en no importa cual deporte que seguramente el presidente de turno, si no es fútbol, lo desconocerá.

La realidad es que el deporte y los deportistas solo interesan para eso, para ganar una vitrina o votos, por eso la necesidad que tienen presidente y ministros en sacarse una foto con el ganador del momento que afortunadamente en Colombia son muchos. Para los políticos en campaña lo más importantes es de lograr que uno o dos buenos atletas se les unan para captar votos y, como no, tomarse la foto.

Después de la foto poco pasa, Coldeportes o lo que ahora es el Ministerio del Deporte ha sido manejado por perfectos ignorantes del deporte como Everth Bustamante o Daniel García Arizabaleta que pasaron sin hacer nada por ese despacho y que fueron nombrados simplemente porque apoyaron al candidato ganador y había que “darles algo”. Más doloroso son aquellos que fueron nombrados y que se encargaron de hacer barbaridades como prestar la credencial de ministro colombiano en juegos olímpicos.

Muchos deportistas han intentado llegar al congreso con variada suerte. Willington Ortiz y Silvio María Salazar hace algún tiempo y más recientemente María Isabel Urrutia han participado en la tarea legislativa con variado resultado con el propósito de mejorar la situación precaria de los deportistas colombianos.

La realidad es que el deporte en Colombia necesita de políticas claras que les permita a los deportistas, A LOS DEPORTISTAS y no a los dirigentes desarrollar su mayor potencial. Las ligas y federaciones son lugares donde el deportista no es bienvenido y donde se trabaja más por el bienestar de los dirigentes que de los atletas pues en sus estatutos los deportistas, que son la razón de ser de estas organizaciones, no aparecen y por lo tanto ni toman decisiones sobre sus deportes ni se cuenta con ellos en temas organizativos o deportivos.

No entiendo como en la dirección de cualquier federación nacional deportiva no hay un solo atleta, ni uno, es muy difícil planear o tomar decisiones sin la visión de quien debe salir a entrenar todos los días y a competir. El calendario, las competencias, las sanciones todas deberían pasar por al menos un atleta, pero ni en la ley ni en los estatutos se contempla esta necesidad. Es como si en una universidad no se oyera a los estudiantes.

Es importante genera un cuerpo normativo que impulse y apoye a los deportistas y que controle la labor de los dirigentes y que permita que los deportistas tomen parte en las decisiones que a sus deportes les atañe. El ministerio del Deporte es una entidad que entrega cantidades enormes de dinero a las entidades del Sistema Nacional del Deporte y que poco hace o se preocupa por los deportistas. El dinero que se entregar a las federaciones no puede ser para viajes de los dirigentes sino debe ir destinado a la preparación y desarrollo de quien debería ser el principal motivo de estas entidades.