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lunes, 12 de febrero de 2024

Generalmente no creo que las persecuciones o en las conspiraciones en contra de una persona o un colectivo. Me parece que son una respuesta fácil a un problema mucho más profundo, sin embargo, frente a los temas y acusaciones de dopaje a dos de nuestros ciclistas empiezo a pensar que hay una idea de sacar a Nairo Quintana y Miguel Ángel López del ciclismo profesional europeo, simplemente por tentativa de sospecha, por rumores, porque en Colombia hay mucho dopaje o simplemente porque son buenísimos y eso no lo soporta un francés o un español chauvinista. Que un ciclista con una figura diferente a la que ellos piensan que es la de un campeón les gane no puede ser admitido.

Antes de hablar de estos dos grandes corredores quiero comentar un caso real que llevó a un buen deportista a defenderse por una acusación absurda, se trata de Giuseppe Gibilisco atleta italiano de salto con garrocha al que se le inició un proceso por intento de uso de una sustancia prohibida. La acusación tenía pruebas más que endebles para indicar que Gibilisco cuya única falla era ser bueno, se había dopado. Se le acusó de intentar usar una sustancia prohibida, pero nunca se supo de qué sustancia hablaban, porque en una agenda tenía en varios días iniciales extrañas y porque hablaba con un médico conocido por recetar sustancias prohibidas a los deportistas. Debió el pobre Gibilisco acudir al Tribunal Arbitral del Deporte y pagar sumas importantes de dinero para su defensa para que tres personas sensatas dijeran que por hablar con médicos sospechosos y tener una agenda con letras raras no se podía considerar como una infracción a las normas antidopaje.

El caso de Miguen Ángel López es increíble; UCI guarda silencio luego de una suspensión provisional y espera a recabar pruebas para abrir un proceso disciplinario. Me recuerda al lento proceso que tuvo Fabian Puerta que duró mas de dos años gracias a la velocidad de UCI. A los deportistas se les suspende provisionalmente que de provisional no tiene nada y se quedan esperando a que en algún momento desde Suiza los señores tengan a bien mover el expediente. Justicia lenta y sospechosa.

Al igual que a Gibilisco a nuestros deportistas se les acusa de cometer infracciones al dopaje por conocer médicos que han estado implicados en temas de dopaje o temas penales por situaciones de trafico de medicamentos prohibidos. No hay prueba ni receta a los ciclistas, pero en el evento en que aparezca una letra o un nombre parecido al de los nuestros se dirá se trata, sin ninguna duda, de uno de esos dos ciclistas.

El sistema de control al dopaje desde hace mucho tiempo está en crisis y se intenta salvar con dos o tres sanciones a deportistas importantes. Las noticias son cada vez mas aterradoras. El sistema de entrenamiento de Kenia con muchísimos atletas suspendidos por dopaje, nuevamente el comité Olímpico Ruso y los atletas rusos. Otros atletas rusos que son sancionados simplemente por tenencia de pasaporte.

El dopaje tiene herramientas que en la mayoría de los lugares son inconstitucionales, la lista de sustancias prohibidas es una lista abierta donde cualquier sustancia puede ser considerada prohibida pues se indica que cualquiera sustancia “similar” se puede considerar doping. Presunción de culpabilidad y ausencia del debido proceso y responsabilidad objetiva.

El mayor problema de nuestros ciclistas es ser muy buenos y caer en la mira de personas que creen que no pueden ganar simplemente porque no nacieron del lado de allá del atlántico.