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lunes, 8 de abril de 2024

Es bueno que jugadores y dirigentes se sienten a negociar sobre las condiciones del muy pobre fútbol colombiano. Pobre por los dirigentes de lado y lado que prefieren nutrir sus apetencias y agrandar su ego que mejorar. Los presidentes de la Federación Colombiana de Fútbol y del nuevo sindicato son idénticos, hacen mala cara, insultan, gritan y hablan solo con quien ellos quieren, al resto los apartan, no le dirigen la palabra, en resumen, hacen lo que les da la gana.

Uno de los grandes argumentos que desde hace mucho tiempo ha esgrimido el director del novísimo sindicato de jugadores profesionales de fútbol es que, en Colombia, por reglamentación del futbol, los jugadores no pueden demandar a sus clubes empleadores pues así lo dice algún aparte de los reglamentos. Llama la atención que quien ha promovido demandas tanto de tutela como laborales de muchos jugadores de fútbol diga que en Colombia los jugadores no pueden acudir a la justicia ordinaria a ventilar sus problemas con los equipos que los contratan o a mejorar y defender derechos fundamentales.

La Corte Suprema de Justicia, sala de casación laboral desde hace mucho tiempo ha resuelto litigios de jugadores profesionales contra clubes y gracias a sus decisiones a los dueños de los equipos les ha tocado cambiar la forma de contratar o remunerar a sus jugadores.

Muchos casos se han corregido en la Corte Suprema de Justicia; me acuerdo el de Jorge Agudelo en el que la corte indicó que un jugador profesional de fútbol no puede recibir parte de su remuneración a título e gastos de representación. En este proceso, muy al estilo del futbol colombiano el presidente del Once Caldas indicó que era una costumbre remunerar a los jugadores de esta forma pues los costos parafiscales eran menores. Con gran atino la corte indicó que tal costumbre, en contra de la ley no es de recibo en Colombia. A partir del fallo nunca se volvió a utilizar esta figura.

En temas de remuneración vía cesión de derechos de imagen, otra forma habitual de eludir pagos a la seguridad social pues según los clubes estos no eran salariales, la corte en un fallo de Antonio Eduardo Saams de la Rosa contra el Club Deportes Tolima indicó que “los pagos denominados por el empleador cesión de derechos de publicidad tienen el carácter de salarial.”

Jugadores y técnicos recurren permanentemente a la justicia para proteger sus derechos, es cierto que a los clubes empleadores les molesta la situación, pero acuden a los juzgados y se defienden.

Resulta pues inexacto decir que no pueden, los jugadores, acudir a la justicia ordinaria y mucho más decir que están indefensos frente a la intransigencia de la Federación o los clubes.

Otra de las solicitudes del nuevo sindicato es el contrato de trabajo en formato único, que personalmente me parece inconveniente por varias razones. Una es lo que ocurre en otros países que se utiliza ese formato es que todos los clubes firman un contrato en formato y hacen un anexo con todo lo realmente relevante en la relación jugador-club. Con el agravante que muchas veces se menciona que tal anexo no es laboral y hacen mucho más difícil las reclamaciones.

Y así muchos otros temas. En el caso de este nuevo conflicto, es necesario pensar en los jugadores en sus necesidades, por ejemplo la salud, mental y física. Cada vez son mayores los problemas de esta índole que ni sindicato ni clubes atiende y que son noticia permanente. No parece que algo vaya a cambiar mientras dos tipos similares quieran ganar antes que mejorar.

*Andrés Charria, Fundador de Tres Puntos Consultores