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domingo, 12 de julio de 2015

Al parecer, cada tema en un almuerzo, reunión o coctel debe empezar por protocolo, con los desaciertos de Trump, la operación del padrastro de las Kardashian, el insulto de cualquier comentarista argentino, o por qué no, la empelotada de Justin Bieber en Bora Bora. Temas que reflejan sin duda, que la problemática local está más que resuelta y al igual que Petro, somos el “sexto mejor país del planeta”.

Ya lo advirtió el Papa Francisco el pasado miércoles finalizando su visita a Ecuador: “muere un pobre en el mundo y nadie dice nada, pero se desploma la bolsa en 2 ó 3 puntos y todos hablan de eso”. Y es que es ese el sentido real que como responsables le estamos dando a la actualidad de nuestra problemática; nos importa más que un periodista argentino nos llame “banda de malnacidos”, a que realmente y con creces lo seamos, mientras mueren compatriotas haciendo filas para ser atendidos en cualquier centro de salud.

¿Cuál Monsanto?; ¿Cuál explotación del medio ambiente?; ¿Cuál problema de movilidad, de salud, de educación, de infraestructura?; o de incremento en un 32% en los índices de maltrato femenino, de explotación animal; ¿Cuál vulneración a los derechos de los consumidores?; ¿Cuál escases de agua en más de 53% del país?; o mejor aún, ¿Cuál alza en los precios del combustible?. Los votantes, dinamizadores directos de opinión pública y aspectos sociales efectivos para combatir las problemáticas sociales graves que tiene Colombia, parecen embarcarse en una ola de entretenimiento desbordado y simple, cuya coyuntura más seria y trascendental va desde el corte de dedos de Enrique Iglesias, hasta el evidente aumento de peso de Jessica Simpson, ignorando que algunos de nuestros “gordos” gobernantes se siguen devorando con la complicidad de nuestra indolencia los bienes fundamentales de nuestra patria.

Ciudades como Bogotá, por citar un ejemplo, que aparentemente quiere darle a través de sus visionarios votantes una cuarta oportunidad a la izquierda para que los gobierne, pareciera no tener ningún problema importante más allá de que Donald Trump quiere hacer un muro con México; o que el grupo músical RBD se desintegró y no va a volver a venir con su “tour mundial-Última vez juntos” a cada uno de los colegios de la capital. 

Bogotá, la ciudad con el “sexto mejor Alcalde del planeta”, la más humana, parece haber olvidado que a larguísimos 6 meses para que Gustavo Petro acabe el Gobierno que nunca empezó, sólo se ha terminado una (1) obra de las 127 que inició en hospitales y centros de salud. 

Al parecer, las cifras “positivas” de la administración de Petro, expresadas en los incrementos, de inseguridad, de violencia, de inmovilidad, y de falta de educación y planeación, son inventos propios de la Cienciología, cuyo representante actoral, (Tom Cruice) era más esperado que los desayunos y almuerzos prometidos a los más de 170 comedores comunitarios clausurados por un Alcalde que no supo cuidar ni a su propia mascota.

Ojalá, la doble moral del autodenominado “país más feliz del mundo” se focalice y avergüence cuando se dé cuenta que en pleno 2015, por poner un ejemplo, llego el agua a El Carmen de Bolívar. ¡Eso sí es un verdadero escándalo!