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sábado, 13 de julio de 2013

En medio de la política por agilizar las gestiones ante el Estado y hacer desaparecer de pleno los trámites ilógicos e inservibles, el Ministerio de Transporte se inventó la fórmula mágica para generar free press a través de una medida engorrosa, tonta e improvisada.

Los colombianos que tengan su pase vencido, tienen que ir al Ministerio para expedir su nueva licencia de conducción, ya que si lo para un Policía puede asumir dos cosas; primero, a usted se le olvidó manejar, o segundo, usted no debe manejar su vehículo hasta que el Estado necesite actualizar sus ingresos con estas medidas desmedidas.
 
En Colombia aún estamos en calzoncillos leyendo el periódico en una casa de interés social. Hay que ver como algunas entidades hacen y deshacen sus normas y trámites como se les dé la gana, como turbante en trenza, como Maduro enbigotado o como contratista ennulado. Los electores impotentes al frente del televisor o al lado del radio, vemos a diario como juegan con nuestro tiempo inventándose cada vez más pendejadas, la cuales inciden en nuestro buen juicio y entendimiento cuando peor aún, intentan explicarlas.
 
Los electores dibujamos una sonrisa cada que se genera una iniciativa gubernamental en menos de tres horas. Un caos colectivo aparece en los diferentes sectores de la opinión pública y se apodera de nuestro sentido del humor cuando en la siguiente emisión del noticiero sale el Funcionario de turno intentando explicar dicha medida. La risa llega a su máxima expresión cuando en la mañana siguiente el Gobernante supremo sale a desmontar dicha iniciativa o a extender el plazo para aplicarla a los borregos de turno, los que sacan la plata para financiar las vagabunderías que pasan por ejemplo en el Hospital de Meissen.Si bien la política debe ser dinámica, nunca puede ser tibia e improvisada. Colombia está acostumbrada a que jueguen con ella como se les da la gana. En la mañana una exsenadora sale a decir que lo que dijo era otra cosa que quiso decir, pero que así sus actos, posiciones, argumentos e ideales estén más que claros, los colombianos tenemos que creer que lo que dijo no fue lo que dijo, cuando en realidad lo que dijo fue otra cosa que dijo; mejor dicho, “hombre con hombre, mujer con mujer y así mismo en el sentido contrario”. 
 
La improvisación, la falta de claridad, simplicidad, efectividad y argumentación ha hecho que en Colombia nadie tome un partido claro. Nadie quiere comprometerse con nada y todos quieren ser amigos de todos. De frente, sin miedo, con la cabeza en alto, los colombianos tenemos que tomar partido, tenemos que asumir posiciones claras, contundentes y responsables; uno no puede ni debe ser amigo de todo el mundo, el ser humano no puede hablar una cosa con Dios y otra con el diablo, Basta ya de tanta inoperancia, burocracia y estupidez. “Que no nos crean tan pendejos”, como lo citó vehementemente nuestro Presidente, no recuerdo si antes o después de ir a ponerse la camiseta del Real Madrid.
 
Amigos gobernantes y lectores, los invito a que nos quememos o nos congelemos, pero la tibieza se nos está notando, o gritamos “que viva la Paz”, o gritamos lo que creemos que dijo aquella exsenadora. No más indiferencia frente a nuestra patria, frente a nuestros amigos o frente a los vecinos. Basta ver la reacción de inoperancia del remedo de ser humano que vio que le iban a robar una niña a una señora, para saber que somos una sociedad permisiva e indolente.Desde este escrito quiero tomar partido y los invito a que ustedes hagan lo mismo. Por mi parte quiero compartir con ustedes la molestia de estas líneas: Es absurda la inoperancia del Alcalde de Bogotá, es ridícula la medida de las licencias de conducción, es descarado nuestro sistema de salud, y es “emputante” para citar a Benedetti, todo nuestro sistema judicial. Sería lindo crear un pabellón en una cárcel de máxima seguridad y aleccionar a todos los que han abusado, violado, ultrajado y asesinado la sutil simplicidad de nuestra imitación francesa mal hecha de Constitución nacional.