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lunes, 2 de marzo de 2015

Antes de entrar al tema de tecnología, el tema de fondo de esta serie, voy a tomar un pequeño espacio para hablar de la visión empresarial que tiene Directv, que es muy interesante y es algo que debemos copiar todos los empresarios. Para empezar, con frecuencia se caracteriza por “mover el mercado”, con nuevas ofertas tecnológicas, servicios y valor. Por ejemplo, la jugada maestra que hace unos años hizo esta empresa con los derechos del fútbol profesional colombiano es de admirar y alabar. Más de tres años después Claro y UNE todavía están tratando de entender lo que pasó.

Dicho lo anterior, el tema de tecnología de Directv, desde mi punto de vista, deja mucho por desear. Yo soy cliente de esta empresa desde hace varios años y en teoría tengo su plan más costoso y avanzado. Tecnológicamente es una oferta con múltiples problemas. Si no fuera por la fortaleza de su paquete deportivo, hace varios años habría optado por una oferta más económica.

La tecnología de Directv tiene de manera implícita un gran problema. Es una tecnología satelital, lo que significa que es susceptible a elementos climáticos, principalmente la lluvia, fenómeno que no afecta a sus competidores.

Un segundo elemento, que bien conocen los suscriptores de esta empresa, es lo lentos y perezosos que son los decodificadores. Cambiar de canal es toda una odisea y toca armarse de mucha paciencia. Además, con frecuencia los decodificadores se trancan y no responden a los mandos del control remoto.

Actualmente yo tengo el paquete Nexus, que ofrece en papel unas excelentes características. Para empezar, se supone que puedo grabar programas en un decodificador central que tiene esta característica y verlo desde los otros televisores, que no tienen esta opción. En pocas palabras, ese primer decodificador funciona como servidor. Es una gran idea, pero pésimamente ejecutada. Para empezar, la transmisión del audio y video no es fiable, se “cuelga” y con frecuencia salen errores. Además, ese decodificador central solo deja ver en vivo y/o grabar hasta dos canales, algo muy poco frente a lo que ofrece la competencia y lo que requiere una familia promedio.

Otra gran idea de Directv es que los decodificadores que no tienen la opción de grabar televisión, pues no tienen disco duro, se les puede conectar una memoria USB. Pero está tan mal pensado este servicio en nuestro país, que a pesar de tener el plan más costoso de la empresa, por alguna razón, no me dejan habilitar mis decodificadores sin disco duro con esta opción. Esto me hace preguntarme, ¿para qué les pago el plan más costoso?

A pesar de todo lo anterior, quizás lo que más me irrita y por lo que insisto que es tan complejo comprar tecnología en Colombia, es que para Directv nuestro país (y América Latina) es su basurero. Esto lo digo, por que es evidente que la tecnología que ya en Estados Unidos no compran, nos la envían a nuestra región como lo último de lo último. En más de una ocasión he recibido dispositivos de esta empresa remanufacturados, como si fueran el último modelo. 

Además, el decodificador que graba solo dos canales es un modelo viejo hace varios años en Estados Unidos (el decodificador actual permite grabar hasta cinco programas a la vez). Otro elemento ridículo y que demuestra la confianza que esta multinacional tiene con sus clientes locales es que nos rastrean. Con frecuencia la señal incluye el logo de la empresa con unos números, que indican la información del cliente. Esto lo hacen para que no pirateen la señal, por internet, pero esto es poner a todos sus clientes en una sola bolsa de indeseables. Pobre Directv, ¡todos sus clientes son de reputación cuestionable (por no decir algo más fuerte y directo)!

Mi conclusión es que muchas veces criticamos a nuestra industria nacional, pero una multinacional como esta, no debería tener excusa para hacer lo que hace y cómo lo hace.