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jueves, 15 de junio de 2017

Las empresas no deben estar sometidas a actos de corrupción como la exigencia y pago de sobornos, competencia desleal, cartelización, fraudes internos, entre otros. Suficiente tienen los empresarios con los altos costos de operación como los impuestos, litigios y trámites administrativos. 

Los actos de corrupción son costosos, favorecen a unos pocos y ponen en riesgo no solo a la empresa sino también a los consumidores, trabajadores y en general a toda la comunidad. El fin de la corrupción es enriquecer solo a una parte, sin importar los daños a los consumidores, trabajadores y al medio ambiente. 

Para que las empresas puedan ser competitivas, es necesario que los índices de corrupción se reduzcan. ¿Cómo reducir los índices de corrupción? 

Lo primero es entender que el problema para reducir la corrupción en Colombia no es falta de normas. Por el contrario hay bastante regulación, incluso en los negocios o transacciones internacionales.

Lo realmente importante es prevenir la corrupción, pero no solo con sanciones e incentivos económicos para quienes denuncien. Es necesario un cambio en la forma de hacer negocios, no solo para Colombia, sino para el mundo.

El sector privado es el que genera más negocios y empresas en Colombia. Según Confecámaras, en 2016 aumentó en 15,8% la creación de empresas en Colombia, comparado con el año 2015. 

Si el modelo de negocios de las nuevas empresas incluye acciones que también beneficien a sus trabajadores, la comunidad y el medio ambiente, pueden ser certificadas como empresas B. si por el contrario las nuevas empresas solo buscan lucro para sus socios, es necesario que cambien ese modelo de negocios. 

Las empresas B tienen un compromiso institucional, personal y legal para que todas las decisiones que se tomen tengan un impacto más allá del económico.

Una empresa B certificada tiene procedimientos internos y políticas que garantizan que sus decisiones y negocios son transparentes. 

Entonces, una forma de prevenir la corrupción es certificarse como empresa B. 

El proceso para certificarse como empresa B es voluntario y empieza con una evaluación de la empresa, que incluye algunas áreas como gobernanza, modelo de negocios, prácticas ambientales y laborales. 

El puntaje mínimo de la evaluación para obtener la certificación como empresa B es de 80 puntos. Después de la evaluación se deben entregar todos los soportes documentales y se deben hacer los ajustes necesarios en la empresa.

Si el proceso de certificación se completa, la compañía será certificada como empresa B y hará parte de la comunidad de Empresas B Certificadas. 

Ser una empresa B certificada demuestra la transparencia y compromiso con sus socios, trabajadores, la comunidad y el medio ambiente. 

Mientras una empresa lucha contra la corrupción con políticas de cumplimiento y códigos de conducta, una empresa B previene la corrupción creando una cultura de transparencia entre sus directivos, empleados, clientes y la comunidad. 

Con una empresa B es posible prevenir y atacar la corrupción. Además genera un valor agregado en el mercado porque garantiza un beneficio económico, social y ambiental, a través de un modelo de negocio transparente y sostenible.

Todas las empresas en Colombia pueden prevenir la corrupción cambiando la forma de hacer negocios en beneficio propio y del mundo.