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jueves, 18 de octubre de 2018

El uso adecuado de la tecnología está consolidándose cada vez más como un potente diferenciador de competitividad, no solo en el sector privado, sino también en el sector público. Para los Estados, las facilidades logísticas y operativas en materia aduanera son ahora una herramienta esencial para atraer inversión y aumentar sus exportaciones.

Sin embargo, la tecnología solo es un dinamizador, no es en sí misma la solución a los problemas de competitividad de la aduana colombiana. Lo importante es darle una aplicación adecuada, que permita a todos los actores involucrados aprovecharla óptimamente.

La digitalización, entendida como el uso de tecnologías digitales y de datos para estandarizar y optimizar procesos, tampoco es suficiente para estar a la vanguardia de las aduanas modernas. Si bien esto permite agilizar algunos trámites ya establecidos, nuestro reto es aún más grande.

Por el contrario, la transformación digital va mucho más allá de la incorporación de tecnología: se trata de un cambio cultural y estructural en nuestra gestión, en el cual la tecnología se pone al servicio de la optimización de procesos y la eliminación de ineficiencias para brindar un valor agregado al servicio prestado. En el ámbito aduanero, la transformación digital podría generar una reducción notable en los tiempos de despacho, la integración con servicios complementarios y la posibilidad de rastrear envíos en tiempo real.

Aduanas destacadas en la materia, como la de Singapur o Hong Kong, han logrado reducir sus tiempos de despacho a tan solo 3,5 y cinco horas, respectivamente. Por el contrario, según los resultados del estudio de tiempos de despacho realizado recientemente por la Dian, los procesos aduaneros en Colombia pueden durar incluso más de 10 días.

Lo anterior se debe a la falta de interoperabilidad de los sistemas de la Dian con los de otras autoridades y operadores logísticos, a la falta de términos ágiles para la verificación y aprobación de trámites, al retraso que generan las inspecciones y a la baja tendencia a declarar anticipadamente, entre otras razones.

Tanto Dubái como Singapur, por ejemplo, ya utilizan plataformas únicas de comercio (Dubai Trade Portal y Networked Trade Platform) que además de brindar acceso a los servicios aduaneros, permiten contratar servicios logísticos y rastrear envíos. En el caso de Singapur, la plataforma también habilita el acceso a financiamiento para operaciones de comercio exterior, todo lo anterior, bajo sistemas de alta seguridad de la información.

Estados Unidos, Holanda, Perú y también Singapur están colaborando con el desarrollo de la primera plataforma de integración global basada en tecnología blockchain impulsada por Maersk e IBM. Esta busca proveer métodos más seguros y eficientes para el desarrollo del comercio mundial.

Así las cosas, aprovechando la reciente publicación del Proyecto de Decreto que busca consolidar la regulación aduanera vigente en Colombia, es necesario reconocer que el verdadero reto para nuestra Aduana está en lograr un exitoso proceso de transformación digital.

El objetivo sería la eliminación de barreras a las cadenas de suministro, reduciendo trámites y facilitando sistemas interoperativos que permitan conectar, en pocos pasos, a todos los actores del comercio exterior, incluyendo puertos, autoridades administrativas, operadores logísticos, zonas francas, entre otros. De acuerdo con el Foro Económico Mundial, esta eliminación de barreras a las cadenas de suministro internacional podría aumentar el comercio mundial cerca de 15%.

En consecuencia, un exitoso proceso de transformación digital en la aduana colombiana permitiría la reducción notable de los costos de nuestras operaciones de comercio exterior y aumentaría nuestro potencial de integración con las cadenas globales de valor.