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miércoles, 5 de julio de 2023

No es posible evadir referirse a la inteligencia artificial, no sólo por la exposición mediática que ha estallado este año a partir de la irrupción del ChatGPT, sino porque esta herramienta puede ser diseñada para afectar cualquier actividad de la vida diaria. Su impacto es tal que hemos visto una ofensiva ante la opinión pública y los reguladores de las empresas que van a la vanguardia en el desarrollo de estos instrumentos, frente a la ola de voces que piden frenar su avance. Unos, apoyando su desarrollo, aceptando que debe ser regulada y otros, con premoniciones apocalípticas que predicen la extinción de la raza humana en manos de las máquinas como en la famosa película TERMINATOR, por lo que claman por impedir su avance. Como siempre, el desarrollo tecnológico se convierte en positivo o negativo, dependiendo de la mano que lo maneje y el uso que se le dé, por lo que somos los seres humanos quienes hacemos mal uso de los avances de la ciencia o la tecnología.

En días pasados, un abogado en Nueva York presentó una reclamación por daños en representación de un pasajero de avión que había sufrido algún golpe del “carrito” de venta de comestibles utilizados por las aerolíneas. El punto es que la demanda, muy bien presentada, se sustentaba en referencias jurisprudenciales que despertaron la sospecha del juez y la contraparte debido a que no pudieron encontrarlas y al ser contrastado, al abogado le tocó aceptar que el documento fue “elaborado” por el ChatGPT y no tuvo el cuidado de verificar su contenido. Al ser “encarada” la herramienta por el mismo abogado, la aplicación le aceptó que no podía verificar la veracidad de las referencias y pies de página. El abogado se enfrenta a una sanción de parte del juez por su conducta.

Los desarrollos tecnológicos tienden a resolver problemas, a mejorarnos la vida, a hacerla más fácil y, generalmente, sus efectos negativos no son por el desarrollo en sí, sino por el uso que le damos. Por esta razón es que se regula a nivel legal el comportamiento humanos.

Es que no es poca cosa regular la conducta humana, ya que en este tema una mala regulación retrasaría, en el mejor de los escenarios, la innovación, que es la base del desarrollo. En estos tiempos de cambio climático, insuficiencia de fuentes energética, fake news y desinformación, es la misma tecnología la que nos puede dar las soluciones, sin la posibilidad de innovación estamos condenados indefectiblemente al fracaso, aquí sí cabe el dicho popular de que es mejor atajar que arrear.

Sucesos como el del abogado es una llamado de atención a los reguladores y a la comunidad, de que la ética y la honestidad siguen vigentes más aún en la era de la cuarta revolución, la tecnológica, los valores se mantienen.