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miércoles, 2 de septiembre de 2020

El hidrógeno es el elemento químico con mayor abundancia en nuestro planeta, se encuentra en el agua u otros complejos orgánicos desde nuestro cuerpo humano hasta ciertos tipos de metales que son usados a diario. Por su disponibilidad, el hidrógeno se está posicionando como uno de los energéticos del futuro en complemento con otro tipo de energía. Su alta presencia en el ambiente despierta interés en distintas instancias, principalmente con el objetivo de su implementación y aprovechamiento en materia energética.

Veamos entonces los principales beneficios del hidrógeno, por un lado, tenemos que el único subproducto derivado del uso del hidrógeno es el agua, lo cual no genera contaminación y emisión de gases de efecto invernadero. Es decir, no desprende partículas o gases contaminantes.

Por otro lado, el hidrógeno de puede calificar de inagotable, contrario a lo que sucede con otras opciones, que son finitas y, en algunos escenarios, escasas. En ese sentido, y por ilustrarlo de alguna manera, las reservas o stocks de hidrógeno lo convierte en un fuerte competidor dado que tenemos suficiente existencia si se utiliza de una forma sostenible y adecuada, convirtiéndolo así en una fuente confiable de energía.

La revolución del hidrógeno en el ámbito energético ha sido objeto de admiración e implementación en continentes como Europa o Asia, los cuales han venido utilizando este energético desde hace dos décadas. Sin embargo, para América Latina, su adopción hasta ahora ha sido contemplada a partir del presente año. Es importante resaltar que el hidrógeno, al no encontrarse en un estado puro en nuestro planeta, es utilizado actualmente como un vector energético, los cual se refiere a que este no podrá ser utilizada como una fuente primaria de energía, sino como un medio para transportarla.

Por otro lado, hoy en día la alta demanda en el mercado de este elemento químico, ha encaminado a que países como Inglaterra recurran a consumir grandes toneladas anuales, con el fin de abastecer y suplir sus necesidades tales como la refinación del petróleo, enfriamiento de centrales eléctricas e incluso la producción de fertilizantes.

Pese a que el tipo de hidrógeno que se busca es aquel denominado hidrógeno verde, el cual surge de un proceso llamado la electrólisis del agua que permite la separación de hidrógeno del agua, podría representar altos costos, no obstante, vemos un alto beneficio en el hidrógeno que quizás el costo en algún momento resulte ser algo muy administrable.

Al imaginarnos una economía basada en el hidrógeno, como una fuente adicional a la canasta de energéticos con lo que se obtiene energía, se advierten ventajas como es el suministro de energía de una forma más eficiente y limpia. Sin embargo, para América Latina será un gran reto llevar a cabo su implementación por su alto costo de producción y acceso; pero esto no significa que sea imposible aprovechar el hidrógeno, debido que, nuestro continente y en especial nuestro territorio posee una abundante riqueza de fuentes hídricas lo cual contribuiría a unas condiciones favorables de la inclusión. Será entonces el gobierno quien tendrá que regular mecanismos e incentivos que permitan inversiones nacionales e internacionales en línea con una política de energías limpias.