viernes, 8 de abril de 2022

Fotógrafo colombiano es capturado en Dubái por no contar con el permiso de operación de su dron ante la autoridad aeronáutica de ese país. “El tiempo que lo volé fue de dos minutos, no fue mucho tiempo, y a los cinco minutos ya estaban los policías en la azotea del hotel buscando quién había volado el dron”; estas fueron las palabras de nuestro compatriota, quien enfrenta un proceso judicial en ese país.

Es preciso señalar que en el mes de enero de 2022 Abu Dhabi sufrió un ataque terrorista (Operación Huracán de Yemen) contra tres camiones en una instalación petrolera, acción apoyada con drones. La anterior situación motivó dentro de los Emiratos Árabes la restricción de operaciones de este tipo de aeronaves. Sí, bajo la legislación nacional e internacional, los drones son considerados aeronaves.

En otros artículos me he referido ya al tema de la armonización y coordinación normativa. Hoy las capacidades de esta industria siguen en aumento y su dinamismo mundial no es comparable con el atraso y lentitud de algunas legislaciones.

Colombia tiene un largo camino por recorrer, no siendo una tarea fácil per se, pues la integración de este tipo de aeronaves al espacio aéreo colombiano requerirá de inversión en recursos humanos y económicos. Desde ya se debe empezar a trabajar en estos planes de armonización y coordinación, pues es una realidad que no podemos desconocer para este nuevo ecosistema.

Así como existe una transferencia de tecnología en esta industria, legislaciones de avanzada apoyadas en instrumentos internacionales han logrado de alguna u otra manera poder armonizar sus reglamentos para la operación de estas aeronaves. Mi invitación no es la de un trasplante normativo del que tanto se hace uso en este país, más bien, un estudio concienzudo sobre la materia para poder llevar a cabo operaciones seguras con unas mejores prácticas.

No es necesario sobrerregular un sector novedoso y lleno de oportunidades comerciales para nuestro país, solo es atender normativamente los cambios que se susciten de una manera oportuna, claro, no afectando la seguridad física de personas, bienes y siempre pensando en las soluciones que puede brindar esta industria al desarrollo económico y social de Colombia.

El objetivo de esta armonización es la obtención de uniformidad reglamentaria, tal como ocurre con la aviación tripulada, cuyos procedimientos se caracterizan por una marcada similitud en la mayoría de los países del mundo, en cuanto a requisitos como licencias, tipo de operaciones y certificados.

Dada la multiplicidad de trabajos que pueden realizar estas aeronaves, la autorización para su operación y debida utilización no podrá estar en cabeza de una sola autoridad pues, por ejemplo, en Colombia a la fecha se encuentran registrados 1.480 explotadores entre personas naturales y jurídicas. Lo anterior ha obligado a algunos países a dividir sus responsabilidades en varias autoridades, pues tal y como lo señalé, para la Aerocivil esta sería una tarea compleja.

Nuestra Autoridad Aeronáutica podrá trabajar en el marco regulatorio para la operación con este tipo de aeronaves, y otras instituciones gubernamentales apoyar la correcta operación de las mismas.

Solo así no nos encontraremos con situaciones tan lamentables, “ignorantia legis non excusat - la ignorancia de la ley no es excusa”, pues nuestro compatriota no podrá defenderse durante su proceso bajo postulados como el que desconocía que debía solicitarse un permiso para operar su dron en Dubái.