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lunes, 17 de septiembre de 2018

Ahora que se habla de la importancia de crear el marco normativo de política pública necesario para fomentar la industria creativa o economía naranja, vale la pena hacer una pausa para hablar de los ídolos mundiales que se han ido en el último año.

Sin dudarlo, la escena del twist contest de la película Pulp Fiction en la que Mia Wallace (Uma Thurman) saca a bailar a Vincent Vega (John Travolta) es una de las más sublimes de esta cinta de culto y una de las más veneradas de todo el cine en general. El enigmático despliegue de Travolta sobre la pista se enlaza de forma impecable con la música gloriosamente creada por Chuck Berry (You never can tell), canción que desde ese momento forma un matrimonio indisoluble con la escena. Berry, uno de los inmortales del Rock and Roll, murió este año 2018, como otros grandes de la música.

Dolores O’Riordan, otra grande, grandísima mujer que se nos fue este año, dejó un abanico de canciones inolvidables con The Cranberries. Por supuesto, la marca mayor la pone Zombie, una obra fuera de concurso que fue creada para poner en ridículo la absurda y eterna guerra irlandesa, pero que sirve en cualquier momento del día como mecanismo de rescate de la rutina o el aburrimiento. ¡Solo funciona con volumen alto!

Si hacemos el cambio hacia el piano de Fats Domino, llegaremos directo al corazón de New Olrleans, con su toque de voz suave y rítmica que le puso la cereza al estilo Boogie-woogie. Funciona muy bien con una ginebra, así sea de mañana.

Una de las muertes más lamentables y conmovedoras de todas las del año en curso, es sin duda la del guitarrista Malcom Young, fundador con su hermano Angus, de la absolutamente fantástica banda australiana AC/DC. Obviamente, así suene cliché, Back in Black es la más imperdible de las imperdibles, aunque para ciertos momentos especiales es mucho mejor acudir a You shook me all night long, que te lo dice todo desde la entrada. Gran pesar por no haber visto a estos locos en vivo.

Nos pasamos ahora al desaparecido Chester Bennington, vocalista y líder de la banda Linkin Park, que poco después de formada, sacó al aire uno de los álbumes más exitosos y celebrados de todos los tiempos del rock alternativo, Hybrid Theory. La canción In the end funciona perfecto para oírla en el carro manejando a solas, seguida de un par más de bombas alternativas semi-depresivas, como pueden ser Soul Meets Body (Death Cab for Cutie) o Island in the Sun (Weezer).

También perdimos al grandioso estadounidense Chris Cornell, una de las mejores voces del rock, vocalista de Soundgarden, Audioslave y Temple of the Dog. Con Soundgarden ayudó a crear el sonido del grunge al lado de Nirvana, Pearl Jam y otros. Black Hole Sun, una de las mas emblemáticas canciones del rock, puede servir paradójicamente tanto para despertar de la modorra, como para caer en modo de soñar despierto.

La respetada Aretha Franklin, reina del soul y el góspel, también partió de este mundo hace poco, pero no se llevó consigo toda la primorosa melancolía de sus canciones. Su vida marcada por dificultades (su padre, predicador, fue asesinado; su carrera con variados conflictos con las disqueras) ayudó, sin lugar a dudas, a darle el carácter único que tienen sus interpretaciones. Para no irnos a las canciones más conocidas como respect o think, puede resultar refrescante oírla junto a Goerge Michael cantando I knew you were waiting for me o, incluso, dejarla sonar en pleno con su interpretación de la opera Nessum dorma.

Para el final, hay derecho a llorar o soñar cantando con Tom Petty cualquiera de sus famosas canciones que le dieron para vender más de 80 millones de copias y para conseguir más de 10 nominaciones a los premios Grammy. Sin duda, Free Fallin’ es un vehículo estupendo para viajar por su voz y su guitarra, como lo es también aquella que toma su nombre de la maravillosa frase con que remata el coro: “you don’t know how it feels to be me”.