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martes, 5 de mayo de 2015

Con estas nuevas herramientas ahora es posible imprimir todo tipo de objetos en tres dimensiones (desde impresoras en 3D que son capaces de imprimir réplicas de sí mismas hasta prótesis humanas y discos de vinilos).

Ahora bien, aunque la tecnología aún no ha sido perfeccionada y todavía no es posible imprimir todos los objetos con la calidad deseada, hoy en día es posible imprimir discos de vinilo que son capaces de generar un sonido con un quinto de la calidad de uno normal e inclusive ya se han impreso en 3D los primeros corazones artificiales pese a que ellos aún no son 100% funcionales y por lo pronto aun no es posible implantarlos en pacientes humanos.

Por su parte, la compañía ReiFy se las ha ingeniado para utilizar las impresoras 3D con el propósito de imprimir canciones en tres dimensiones y lo ha hecho estableciendo una serie de reglas con las que se puede interpretar la información del audio (melodía, tempo, volumen, etc.) para después traducir esa información en un objeto físico con tres dimensiones que represente la misma información que la que contenía el audio.

De esta manera es posible almacenar la información que contiene el audio de una canción en un objeto de tres dimensiones para que posteriormente esa información (el mismo sonido de la canción) pueda ser reinterpretada por un dispositivo con cámara al enfocar el objeto tridimensional, es decir, que ahora es posible escuchar una canción en nuestros teléfonos celulares simplemente apuntando la cámara del dispositivo al objeto tridimensional que representa la canción que queremos escuchar.

Por otra parte, esta novedosa propuesta ofrece a los consumidores una nueva forma de almacenamiento de sus archivos de audio que aunque no es muy práctica para almacenar una gran cantidad de música, sí resulta muy atractiva para recopilar unas pocas canciones en objetos tridimensionales que además pueden tener propósitos decorativos.

Ahora bien, teniendo en cuenta que las canciones están protegidas por los derechos de autor, en principio solamente el titular de los derechos patrimoniales de autor de cada canción podría imprimir o comercializar sus canciones en 3D excepto en el caso en el que la obra ya haga parte del dominio público o que la persona que imprime la canción esté haciendo un uso legítimo de ella amparada en alguna de las excepciones al derecho exclusivo de los autores sobre sus obras, como por ejemplo que la utilice en el ámbito privado o con fines educativos.

Por otra parte la protección legal de la mayoría de objetos impresos en 3D se ha materializado a través de la figura jurídica de los diseños industriales, que no es más que la protección legal que merece el aspecto ornamental o estético de un objeto, por lo que si el sistema de ReiFy se vuelve universal para imprimir canciones de la misma manera que el formato MP3 lo es para almacenarlas digitalmente, valdría la pena preguntarse si el autor de una canción que genera determinado diseño en tres dimensiones tendría la capacidad de oponerse al registro de un diseño industrial de un tercero que reproduce o simula el diseño particular que generaría su canción en el formato tridimensional de ReiFy.