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jueves, 28 de abril de 2016

A pesar de lo anterior, que considero un gran salto en cuanto al desarrollo del Derecho de la Competencia en nuestro país, me pregunto ¿cuál es el futuro de este Derecho?

Para responder esta pregunta quisiera comenzar desde aquello que seria apenas un paso lógico para el Derecho de la Competencia.

Lo primero que debería suceder en un futuro cercano es que la institución que haga las veces de autoridad de competencia en nuestro país, le correspondería ser una entidad autónoma y no depender del ejecutivo, toda vez que por las presiones que se puedan generar en el campo político, las decisiones de la misma pueden ser limitadas o manipuladas.

Lo segundo seria que en asuntos concernientes al Derecho de la Competencia las apelaciones se deberían tramitar ante jueces especializados que conozcan exclusivamente y de forma privativa de estos temas, dado que esto incrementaría la calidad del debate jurídico, creando un contexto donde las empresas tendrían que sopesarlo antes de enfrentarse con una entidad, robusta, especializada y autónoma, que se caracterice por sentencias serias y de sanciones significativas.

Pensando en un futuro más lejano y no solo en Colombia, vemos como cada país ha construido su propio Derecho de la Competencia pensando en el principio de territorialidad, es decir un derecho nacional que se activa cada vez que se evidencia una situación que tiene efectos nocivos en el mercado propio de cada nación.  Siendo congruentes con las tendencias que se vienen generando en un mundo globalizado, vemos como poco a poco las fronteras han venido cediendo, creando un planeta cada vez más interconectado, abierto y homogéneo.   Esta tendencia no ha sido ajena a las grandes multinacionales quienes con gran facilidad han logrado hacer del mundo su mercado relevante.  Esto mismo puede generar escenarios donde los carteles no se evidencien a un nivel local, sino a uno internacional.

Imaginemos como un grupo de empresas transnacionales se reúnen en un país Europeo para determinar a qué países Latinoamericanos entrará cada una de ellas a competir, estableciendo mercados en los cuales rivalizarán y otros donde no; una vez tomada la decisión por parte de la casa matriz de cada empresa, será fácil mostrar una apariencia de competencia en cada mercado nacional, pues cada autoridad local esta limitada por las condiciones de su propio mercado, por lo que se terminaría por permitir una falsa competencia.

Lo anterior puede no estar muy lejos de la realidad, es por esto que el mundo en el marco de una entidad como la Organización Mundial del Comercio, se debería pensar en un mecanismo o instancia que permita salvaguardar los mercados globales, ejerciendo su control por encima del principio de territorialidad, gracias a los tratados suscritos con los países miembros. El futuro del Derecho de la Competencia  esta en un escenario global no local, en un mundo globalizado donde el reto es lograr una asignación justa y proporcionada de los recursos, es allí donde se encuentra el próximo escalón, que debe ser alcanzado en no más de una década.