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jueves, 7 de julio de 2022

En la década de los 70 el economista estadounidense David Birch describió con una metáfora del reino animal la diversidad de las empresas y su impacto.

Según este, las microempresas son como ratones, hay muchas pero no crecen y no impactan en la creación de nuevos empleos. Las grandes empresas son elefantes, se mueven lento y no generan muchos empleos nuevos. En cambio, las empresas jóvenes que crecen rápidamente y generan más empleos nuevos son gacelas.

Con el tiempo se ha enriquecido esta metáfora con más animales, creando lo que Hugo Kantis llama “un safari emprendedor”. Kantis describe que también hay otras especies como canguros, se demoran pero despegan fuerte; delfines, emergen a la superficie y luego se sumergen; e incluso algunos mitológicos admirados por su rareza como los unicornios, empresas valoradas en más de US$1.000 millones.

Bajo esta metáfora, las gacelas, canguros, delfines y demás, se encuentran dentro de la definición que hoy conocemos como “emprendimientos dinámicos”. Entendidos como aquellos que tienen un alto potencial de crecimiento gracias a que se basan en innovación, usualmente de tipo tecnológica.

Debido a los grandes beneficios que traen los emprendimientos dinámicos para la economía y el bienestar social, varios países han enfocado sus esfuerzos y recursos para promoverlos.

En Colombia, los emprendimientos en su mayoría suelen ser de supervivencia o necesidad (ratones) y no dinámicos. Situación que se ve reflejada en un sistema legal que en su mayoría se enfoca en fomentar la creación de Pyme sin importar si tienen componentes de innovación.

A pesar de lo anterior, en Colombia existen algunos instrumentos que promueven el incremento de emprendimientos dinámicos.

Por nombrar algunos, en materia fiscal, existen dos grandes grupos de beneficios tributarios para este tipo de emprendimientos: (i) los relacionados con ciencia, tecnología e innovación; y (ii) aquellos relacionados con actividades creativas o de valor agregado tecnológico (economía naranja).

Los primeros comprenden deducciones, descuentos y créditos fiscales por inversiones en proyectos de investigación, desarrollo e innovación tecnológica. También, exención de IVA por la importación de equipos para estos proyectos.

El segundo grupo contempla beneficios como renta exenta para empresas de economía naranja; y para autores y traductores de libros científicos o culturales. Además, existen deducciones y descuentos tributarios por inversiones realizadas en proyectos cinematográficos, de economía creativa, obras audiovisuales y espectáculos públicos.

Un aspecto clave para el desarrollo de cualquier emprendimiento dinámico es el capital humano. En Colombia, existen incentivos para vincular personal altamente calificado en el campo de la ciencia, tecnología e innovación.

También existen beneficios por contratar menores de 28 años, personas que muchas veces son el motor de los emprendimientos. Estos incentivos consisten en aportes estatales, deducciones y exoneración de aportes a cajas de compensación, entre otros.

Si bien en Colombia se han dado pasos concretos para promover iniciativas de emprendimientos dinámicos, aún existen varias rutas por explorar.

Se deben desarrollar más mecanismos para incentivar la creación y el crecimiento sostenible de emprendimientos dinámicos de tal modo que no solo haya ratones y elefantes, sino también gacelas, delfines, unicornios o cualquier especie nueva que contribuya al ecosistema.

El safari ideal sería aquel en el que todos los animales conviviesen con armonía y tuviesen oportunidades para subsistir y crecer.