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jueves, 4 de mayo de 2023

Debo confesar que estuve en varias conferencias de la IBA en Cartagena el pasado 22 y 23 de marzo y no fueron del todo muy llamativas para mí. Y lo digo porque, pese a la extraordinaria calidad de las conferencias de la IBA, en medio de mi ignorancia sobre la inteligencia artificial y su impacto en la industria legal, consideraba dicho tema como algo lejano, ajeno a nuestra realidad inmediata, aún biche.

Es más, hablar del tema me parecía hasta aburrido. ¡Cuan equivocado estaba! En todo caso asistí a otro evento organizado por Riverwood y patrocinado en parte por mi oficina, el LTF (Latam Tech Forum) que se realizó en Miami, y en la cena de bienvenida tuve el honor de haber escuchado una conferencia de Siddhartha Mukherjee, médico y profesor de la Universidad de Columbia y autor de varios libros fascinantes. Su conferencia de apenas una hora cambió mi manera de ver el futuro de la industria legal. No exagero cuando les digo que es muy probable que su conferencia haya tenido un profundo impacto en mi concepción de la profesión.

Aunque la conferencia duró apenas una hora, este maravilloso médico hablo sobre la forma como desde varios centros académicos y científicos están intentando disminuir de manera significativa el riesgo de muerte en pacientes (especialmente niños) con cáncer. A través de avances tecnológicos, especialmente con la ayuda de inteligencia artificial, están logrando detectar el cáncer muy temprano y, en pacientes ya diagnosticados, la posibilidad de predecir el mejor tratamiento de cada paciente.

Los resultados son asombrosos. Y, según este médico, en algunos años, podrán tratar de manera muy rápida y eficiente pacientes con cáncer, gracias a la inteligencia artificial. En la exposición mencionaron una frase tremendamente impactante, el ser humano que vivirá 200 años ya nació.

Y es que la inteligencia artificial en este momento seguramente está siendo aplicada para asuntos menores en el día a día de todos nosotros, cómo preguntar en ChatGPT el mejor restaurante cuando estamos de vacaciones. Pero su impacto será profundo en las industrias de servicio, incluyendo la industria legal. Por ejemplo, es claro que con la ayuda de inteligencia artificial las oficinas de abogados están empezando a revisar contratos y en general documentos legales y a realizar investigaciones sobre aspectos legales de manera más eficiente. Pero, como en el tema del oncólogo, seguramente no parará ahí y la inteligencia artificial en los próximos años podrá redactar contratos, predecir con mayor certeza las probabilidades de éxito en los litigios e incluso negociar términos de los contratos.

Con esta realidad aplastante, surgen entonces varios interrogantes existenciales: ¿Cuál será el nuevo rol de los abogados, será actuar más como consejeros que como asesores legales? ¿Cómo impactará el proceso de entrenamiento de los abogados si ya no realizarán asuntos como debidas diligencias, investigaciones legales y asuntos básicos en la práctica profesional? ¿Podrá la inteligencia artificial suplantar el buen criterio y el ser práctico comercialmente, los cuales en mi opinión son dos grandes virtudes de un buen abogado? ¿En últimas, podrá la inteligencia artificial suplantar el buen criterio de un abogado? Y sobre este último punto, les quiero contar qué según la visión de este médico y otros estudiosos, la inteligencia artificial no tendrá límites.

Así que, colegas, les tengo una noticia: es probable que el mejor abogado del mundo ya exista; se llama inteligencia. artificial. Será tremendamente eficiente, trabajará día y noche, no se cansará, no necesitará tomar vacaciones, cometerá muy pocos errores, escribirá y entenderá todos los idiomas, estará siempre actualizado, será un especialista en todas las áreas del derecho, escribirá claramente y tendrá el mejor criterio al negociar contratos. Y viene con una ñapa para nuestros clientes, muy seguramente su costo será mucho menor al de los abogados humanos. No creo que esté exagerando al decir que los estudiantes de derecho en la actualidad tendrán como su principal competencia máquinas y no humanos. ¡A prepararnos para un nuevo orden legal!