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viernes, 24 de agosto de 2018

Conocer el valor de un activo es una tarea interdisciplinaria que ocupa el tiempo y esfuerzo de las compañías en los trámites de liquidación, fusión adquisición e incluso en las operaciones de financiación. Esta actividad está regulada en Colombia a través de la Ley 1673 de 2013, mediante la cual se exigen ciertas condiciones académicas para poder avaluar bienes y se sanciona el ejercicio ilegal de la profesión o su encubrimiento.

La valoración de activos intangibles y en especial los de propiedad intelectual supone un esfuerzo mayor a las valoraciones tradicionales dadas la dificultad de entender el comportamiento de estos. En nuestro país el mercado de valoración de activos de propiedad intelectual es pequeño y solo hasta ahora existen programas académicos que buscan aumentar la oferta de especialistas en el avaluó de estos.

Los intangibles son usualmente los activos más importantes de una compañía, pero no se ven reflejados en el balance, dado que las normas contables impiden su reporte en los estados financieros cuando son desarrollados internamente. En tal sentido, el análisis jurídico-contable de estos bienes permite conocer el valor real de los activos de la empresa, entender la capacidad de generar ingresos del activo, y definir un precio en un escenario de transacción. Teniendo en cuenta lo anterior, estos se valoran porque existe una asimetría de información en el mercado frente a este tipo de activos que es necesario ajustar, si se pretende negociar con ellos.

Así las cosas, los intangibles se valoran para poder efectuar negocios sobre los mismos o conocer la composición del activo de una compañía. Sin una valoración, el precio del bien no es determinado y la contraparte negocial puede tener dudas acerca del precio. Piénsense que el titular de una marca requiere firmar un contrato de crédito y pretende garantizarlo con este tipo de activo. Lo primero que haría un acreedor diligente es indagar si la garantía ofrecida tiene un valor y si este valor es suficiente para cubrir la deuda.

Para poder cumplir los anteriores objetivos y necesidades de la valoración, existen diversos métodos y su uso depende de las necesidades de quien la ordena. Los principales métodos se explican a continuación.

El método del costo consiste en valorar el activo por el valor de sustitución que tendría, es decir, la cantidad de dinero que debería invertir un empresario para tener un activo análogo. El método del mercado parte de la base de que en el mercado puede haber activos similares objeto de transacciones, por lo que el valor de un intangible se puede determinar basándose en lo que se ha pagado en transacciones similares. Por su parte, el método de flujos descontados mide la capacidad del bien de generar ingresos, por lo que se proyectan los ingresos derivados de este y se descuentan a una tasa determinada. Por último, el método financial world se basa en obtener la diferencia entre los beneficios de una marca y los beneficios que debería producir una versión básica de ese producto sin marca.

En síntesis, la valoración no siempre es necesaria, sin embargo, el mercado actual la exige para poder estructurar negocios basados en intangibles, por lo que es vital realizar ejercicios serios e interdisciplinarios de valoración. No debe olvidarse que siempre se deben tener en cuenta las necesidades de quien solicita la valoración, pues este hecho incidirá directamente en el método que se elija.