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miércoles, 17 de marzo de 2021

El presidente Iván Duque realizó la presentación del Decreto 278, sobre las Zonas Francas 4.0, con el acompañamiento de la Vicepresidente, los Ministros de Comercio y Salud y Clara Parra, alta consejera para la Competitivdad.

Las principales innovaciones de esta norma que hacía meses el sector del comercio exterior de Colombia lo estaba esperando, son las siguientes:
1. Trae una ampliación en Tres Nuevas Actividades para las Zonas Francas:
A. Por primera vez en la historia de Colombia se permite realizar en zonas francas el comercio electrónico transfronterizo combinándolo con los regímenes aduaneros de tráfico postal y envíos urgentes.

Esto hace que esta nueva actividad, que es hoy la más dinámica del mundo, se pueda realizar en el país con estándares internacionales de competitividad, no solo para la producción de artículos que se vendan por e-commerce, sino también para el ecosistema que lo sustenta y que es indispensable para su desarrollo: centros de llamadas y de datos; instalaciones de logística para redistribución internacional, incluyendo la vía aérea, entre otros.
Se prevé que en los próximos cinco años el comercio electrónico transfronterizo va a triplicar su participación en el comercio mundial para llegar a ser un 35%, mientras otras categorías decrecen y con esta norma, ciudades mediterráneas de Colombia con excelente competitividad aérea, como Bogotá, Medellín y Cali, entre otras, se conectarán de manera inteligente con el mundo.

B. Se extiende el régimen de zonas francas a las concesiones aeroportuarias o ferroviarias, nivelándolas con el mismo incentivo que tenían ya las concesiones portuarias, para permitir y promover el transporte multimodal, siguiendo las mejores prácticas globales.

C. Se extienden los sectores agroindustriales autorizados en el pasado en zonas francas (carne, leche, aceites y frutales) a todo el sector agropecuario. Esto le permitirá a Colombia dar un salto cuantitativo en sus cifras de exportaciones agroindustriales, que son apenas una tercera parte de las de América Latina y 15% de las de Chile y Costa Rica per cápita.

2. Introduce la Concertación en las Zonas Francas.
El sector privado había venido pidiendo a gritos la creación de un órgano mixto público-privado en el cual se pudieran discutir y concertar los aspectos esenciales en la planeación, promoción y funcionamiento de las zonas francas colombianas, mediante la creación del Comité Técnico de Zonas Francas.
Adscrito al Sistema Nacional de Competitividad e Innovación, se crea este espacio siguiendo las mejores prácticas en países como República Dominicana y Costa Rica, donde del diálogo permanente y sincero cada día mejora más el mecanismo en beneficio de sus países.

3. Simplificación de Procedimientos.
El nuevo decreto convierte las zonas francas en zonas fáciles, al reducir de 57 a 24 pasos el trámite de una declaratoria de zona franca, disminuyendo los tiempos previstos para su declaratoria o prórroga de 18 a 6 meses, es decir, a la tercera parte.

Por otra parte, disminuye los montos de inversión para zonas francas exportadoras de servicios, sector aún no regulado por la OMC, y disminuye los montos de inversión un 30% en las zonas de alto nivel de pobreza; un 20% en las zonas de pobreza media; y un 10% en las zonas de pobreza menor, frente al resto del país.

Al mismo tiempo permite figuras nuevas más sencillas como la extensión de las zonas francas ya declaradas a lotes no contiguos, que estén ubicados en el mismo municipio o en municipios aledaños a la zona franca, dentro de la misma jurisdicción aduanera.

Por último, da mayor seguridad al régimen al unificar en 30 años el plazo de ampliación de la declaratoria tanto de zonas francas permanentes como de zonas francas especiales.

Es importante subrayar el hecho de que, con este mecanismo, Colombia adquiere la nivelación fiscal internacional frente a los países de la Alianza del Pacífico, con los cuales está unificando sus estrategias en la atracción de inversión que está llegando a América Latina de manera masiva por el efecto del nearshoring, el cual se calcula tendrá un valor en los próximos años de US$40.000 millones.