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jueves, 14 de abril de 2022

Para nadie es ajena la guerra entre Ucrania y Rusia, y a su vez, para nadie es ajena el alza abrupta de los precios en los productos que adquirimos en nuestro día a día.

Sin embargo, ¿ambas situaciones están relacionadas o son totalmente ajenas?

Colombia es un país que se ha caracterizado por ser dependiente a determinadas importaciones - ya sea por tener producción nacional reducida o por no tenerla-, sin embargo, esta dependencia no es respecto de las importaciones provenientes de Rusia o de Ucrania.

Según el Observatorio de Complejidad Económica, Colombia principalmente importa desde Estados Unidos, China, México, Brasil y Alemania, aparatos de radiodifusión, aceites de petróleo, automóviles, medicamentos y maíz.

A pesar de lo anterior, Colombia, al ser un país agrícola, importa de Rusia gran cantidad de fertilizantes, y dejarlo de hacer es suficiente para afectar el precio interno de estos y el precio de todo lo relacionado con el agro colombiano. Esto se puede evidenciar en el aumento del precio de las frutas y verduras, del azúcar, del café, entre otros.

Frente a dicha situación, el Gobierno Nacional ha establecido medidas para mitigar las consecuencias, como lo ha sido la eliminación temporal del arancel en subpartidas, pero estas medidas no serán suficientes para que el consumidor final de los productos no se vea afectado.

En cuanto a las exportaciones hacia Rusia, Colombia exporta carne bovina, derivados lácteos, café, banano y cacao, y dejar de exportar hacia ese país, disminuiría el precio de estos productos si aumenta la oferta local.

En cuanto a las importaciones y exportaciones con Ucrania, estas son tan mínimas que Colombia puede suplir dicha oferta o demanda con otros países.

En el panorama global, una de las principales consecuencias de la guerra es el alza en el precio del petróleo, por ser Rusia uno de los más grandes exportadores de petróleo del mundo. Esto acrecienta directamente el precio de los productos importados.

Otra consecuencia es que, como Rusia y Ucrania son principales proveedores mundiales de trigo y de maíz, se genera un aumento en los precios de estos por la disminución en su oferta. Lo anterior significa para Colombia -importador de maíz- una afectación en la industria alimenticia y en la producción agropecuaria.

En ese orden de ideas, se puede concluir que la guerra sí ha generado un alza de precios en determinados productos, pero esto no lo es todo; son un cumulo de factores de los últimos años que han llevado a la crisis al comercio, como lo son: la pandemia, el paro nacional, la falta de inventarios, la crisis logística internacional, entre otros.

Esto quiere decir que, si bien Colombia no depende directamente de los países involucrados en la guerra, porque el volumen de los negocios es bajo comparado con otros países, esta lamentable situación afecta a todo el comercio internacional, incluyendo a Colombia.