Agregue a sus temas de interés

Agregue a sus temas de interés Cerrar

martes, 12 de mayo de 2020

Con la aparición del covid-19 y su expansión a nivel de pandemia mundial, la economía global ha sido impactada a niveles que nadie imaginó y se ha evidenciado que su comportamiento varía según las políticas y mecanismos de contención que aplican los diferentes gobiernos, afectando a gran escala las exportaciones, importaciones y tasas de cambio, así como el bolsillo de las empresas y los ciudadanos.

Sin embargo, existen empresas y fondos de inversión a quienes esta crisis los encontró con un superávit de caja disponible y quienes hoy, por su bajo temor al riesgo y su apuesta al crecimiento de economías emergentes, están interesados en utilizar dichos recursos aprovechando el efecto que la crisis ha tenido en los precios de los activos.

En el mercado de M&A en Colombia, esta situación ha podido ser evidenciada por quienes nos dedicamos a asesorar a inversionistas extranjeros o a destinatarios de dicha inversión, pues después del impacto inicial que generó el confinamiento mundial, el interés por este tipo de transacciones se ha reactivado y las negociaciones para dichas adquisiciones han retomado su rumbo. Ahora bien, debemos preguntarnos: ¿podrán ser estas transacciones manejadas como venían siéndolo de manera previa a la aparición del coronavirus? ¿Tenemos los asesores legales mecanismos para contribuir a que estas inversiones extranjeras ayuden al mejoramiento de la economía del país?

Es claro que tanto para compradores como para vendedores la situación de negociación de venta o inversión en activos nacionales hoy en día es diferente a aquellas realizadas pre covid-19. Así mismo es dable prever que el Producto Interno Bruto del país, así como el comportamiento empresarial y de mercado puede verse rápidamente afectado por la incertidumbre de una u otra decisión gubernamental local o nacional, o del comportamiento irracional que pueda tener este virus, por lo cual podrían las partes presentar cierto nerviosismo y a que en otorgar, dentro de estas transacciones, ciertas declaraciones y garantías que solían ser usuales en este tipo de operaciones o a realizar desembolsos de dinero sin salvaguardas que no eran típicas en estos modelos de negocio.

Hay quienes opinan que de ahora en adelante debemos preocuparnos por proteger fuertemente al comprador en este tipo de negociaciones. ¿Esto implica fortalecer los mecanismos de salida que se le brindan al comprador o endurecer las penalidades por incumplimiento de declaraciones, garantías o compromisos del vendedor entre firma y cierre? Si esto es así, lo que se estaría logrando es plasmar en los contratos cláusulas tales que al final de largas jornadas de negociación durante meses, lo que se obtenga sea el que las partes se levanten de la mesa sin cerrar la operación pretendida, o recibir el pago de una sanción por incumplimiento en lugar de años de retorno de utilidad.

¿No sería mejor buscar alternativas equitativas para que tanto comprador y vendedor puedan obtener los beneficios pretendidos en la transacción y propender por ayudar a que la economía del país se dinamice, beneficiando así tanto a quien pretende adquirir activos y explotarlos en el país como a quien vendió sus activos?

Invito a mis colegas a que aceptemos este reto y nos encontremos en las mesas de negociación discutiendo alternativas para que la inversión de nuestros clientes llegue para quedarse, aún en tiempos de pandemia.