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viernes, 6 de octubre de 2023

Quienes gestionan el talento humano de las empresas en el mundo postpandemia, se enfrentan a un reto gigantesco, pues muchos aspectos fundamentales de lo que consideramos ‘trabajar’ cambiaron. Al regresar a las oficinas, al menos un 25% de los empleados pidieron o quedarse en la modalidad remota o trabajar ciertos días en casa. Las empresas que no pudieron adaptarse perdieron talento humano valioso y bien entrenado –principalmente personas entre 25 y 40 años con poco miedo al cambio, baja identidad institucional con su empleador y alta estima de su bienestar personal. Para graficar los efectos insospechados que el trabajo remoto puede traer, propongo pensar en un día mítico: el viernes. Todos hemos soñado con que llegue después de una semana larga. Es un día con un sabor especial, que uno recuerda casi con nostalgia. Un día que, tal como van las cosas, bien podría desaparecer.

En efecto, los viernes están siendo desplazados por el jueves y eso, lejos de ser solo un dato curioso, puede impactarnos de formas insospechadas. En Inglaterra, las oficinas permanecen al 50% de ocupación frente a los niveles prepandemia. El viernes es, de lejos, el día más popular para teletrabajar porque extiende el fin de semana y asegura un descanso más efectivo. Esto ha generado que el jueves renazca como el día para salir a socializar, motivando que los bares y restaurantes ajusten sus ofertas y hagan publicidad alrededor del jueves como el nuevo día feliz.

Esto muestra una tendencia creciente: la disminución de la semana laboral en el mundo de oficina, lo cual trae efectos diversos, por ejemplo, en la familia ­–más presencia, mejores equilibrios entre hombres y mujeres en los arduos trabajos en el hogar– el transporte público o los costos inmobiliarios (¿estaría dispuesto a pagar un arriendo por 30 días a la semana si sus empleados solo usan la oficina por 18 días?). También plantea interesantes preguntas sobre la justicia laboral: ¿por qué solo los trabajadores de oficina pueden acceder a estos beneficios?, ¿qué hay de quienes laboran en fábricas y hacen trabajos manuales?

En el Reino Unido se condujo el experimento de semana recortada más extenso del mundo. Casi tres mil trabajadores de 61 empresas fueron monitoreados durante seis meses. ¿Los resultados? La semana laboral recortada impacta significativamente la satisfacción laboral, el equilibrio entre la vida laboral y personal y el estrés de los empleados. Los resultados también mostraron una mejora de la calidad del producto y del servicio al cliente. Pero, además, las empresas reportaron reducciones de costos laborales porque las licencias por enfermedad o por calamidades domésticas se redujeron considerablemente. Por eso, no fue una sorpresa que el 92% de las 61 empresas participantes decidiera mantener ese esquema.

Aunque no tenemos data sobre qué está pasando con las dinámicas de la jornada laboral en Latinoamérica, sí sabemos dos cosas. Una, la reducción de la jornada laboral es una tendencia que toma fuerza en países desarrollados. Y dos, hay creciente investigación sobre los beneficios financieros y de bienestar relacionados con mejores formas de ocupar el tiempo en el trabajo. De aquí la importancia de seguir, en el corto plazo, la evolución de estos dos aspectos.